Hablamos con el doctor José Ignacio Gil Izquierdo, de la Unidad de Mama del hospital Mesa del Castillo, para conocer la última incorporación tecnológica que el hospital murciano ha puesto a disposición de sus pacientes.
¿De qué se trata la innovación tecnológica?
Desde que se implantó la Unidad de Mama en Mesa del Castillo hemos buscado la innovación tecnológica. Nuestro buque insignia ha sido la mamografía 3D o tomosíntesis, que realiza un estudio en 3 dimensiones de la mama pero que además realiza una toma de imagen en 2D que para nosotros los radiólogos también es necesaria. A pesar de todas las virtudes diagnósticas que presenta la tomosíntesis, un aspecto negativo era su nivel de radiación, que resultaba un poco más alto que en la mamografía en dos dimensiones exclusivamente.
Ahora hemos podido introducir una mejora en la búsqueda de equilibrar el beneficio con la seguridad de la paciente. Esta novedad se denomina Imagen Sintetizada, y consigue, con dosis de radiación incluso inferiores a la mamografía 2D, las imágenes en 3D y en 2D que nos permiten hacer ese diagnóstico tan exacto.
¿Entonces con la Imagen Sintetizada seguimos obteniendo los beneficios de la tomosíntesis con menor dosis de radiación?
Exactamente. Con esta incorporación hemos reducido un 50% la radiación. Estamos hablando de una dosis muy parecida, incluso menor, que en la mamografía 2D. Estamos dando mucha capacidad diagnóstica con una radiación mínima.
¿Cómo lo valoran las pacientes?
Afortunadamente las pacientes están cada vez más informadas. Saben perfectamente lo que buscan y para ellas los avances tecnológicos, además del trato personalizado que ofrecemos, es muy importante. Una de las preguntas más frecuentes es la cantidad de radiación que suministramos con la tomosíntesis. Ahora podemos decir que estos niveles se han reducido al mínimo.
¿Cómo reciben ustedes lo radiólogos esta tecnología?
Con mucho entusiasmo porque nos permite mayor capacidad y seguridad diagnóstica. También es cierto que nos complica un poco más. Nosotros antes obteníamos dos proyecciones por mama y ahora recibimos entre 40 y 70 por mama. Pero la diferencia en el diagnóstico es enorme.
La tomosíntesis está aprobada por la FDA de Estados Unidos en 2011. ¿Desde cuándo se utiliza esta técnica para el diagnóstico de cáncer de mama?
Mesa del Castillo es pionero en la introducción de esta tecnología en todo el sur de España. A final de 2011 ya estábamos trabajando con 3D precisamente porque ofrece un beneficio muy importante en la detección de lesiones de mama.
¿Cuáles son esos beneficios?
La mamografía en 2D ofrecía la posibilidad de un diagnóstico fiable pero con una capacidad limitada porque al representar un órgano que es tridimensional en dos dimensiones, se produce un efecto de superposición de estructuras que podía dar lugar a ocultar lesiones pequeñas especialmente en mamas muy densas. Las mamas muy densas se dan en mujeres alrededor de los 50 años, donde todavía la influencia de las hormonas es muy importante y la proporción de tejido mamario, grasa y tejido, es muy elevada. La densidad provoca mayor confusión en una imagen 2D, pudiendo ocultar lesiones o llevar a errores como falsos positivos.
La mamografía 3D elimina ese efecto de superposición y permite estudiar la mama de una forma desestructurada. Con esta técnica obtenemos planos de un milímetro de grosor de toda la glándula, lo que nos permite encontrar lesiones muy pequeñas adelantando así el diagnóstico y actuando con mayor seguridad.
Si traducimos esta evolución tecnológica a los números, hemos incrementado la capacidad de detección sobre la mamografía digital directa, que era lo último que teníamos en 2D, en aproximadamente un 40%. En el caso de las mamas que presentan una alta densidad, el incremento en la capacidad de detección ronda entre el 30 y el 80%, dependiendo de la densidad.