En el Hospital Mesa del Castillo abordamos cómo una buena alimentación mejora la salud y previene enfermedades. Descubra los beneficios de una dieta equilibrada, ejemplos prácticos y consejos médicos.

La alimentación, un pilar esencial para la salud y el bienestar

En el Hospital Mesa del Castillo sabemos que la alimentación es mucho más que un hábito cotidiano: es un pilar esencial para mantener la salud, prevenir enfermedades y mejorar la calidad de vida. La forma en que nos alimentamos tiene un impacto directo en nuestro sistema inmunitario, en la energía que utilizamos a diario y en nuestro estado de ánimo.

Una dieta equilibrada no solo ayuda a alcanzar un peso saludable, sino que también contribuye a prevenir enfermedades cardiovasculares, metabólicas y digestivas, además de favorecer el equilibrio emocional y el descanso.

Una buena alimentación es, en definitiva, una herramienta terapéutica preventiva. En nuestra práctica clínica lo constatamos día a día: los pacientes que adoptan hábitos nutricionales adecuados mejoran su bienestar general y reducen la incidencia de enfermedades crónicas.

Cómo influye la alimentación en el funcionamiento del organismo

La relación entre la alimentación y la salud se basa en un principio fisiológico: nuestro cuerpo utiliza los nutrientes como combustible para llevar a cabo cada una de sus funciones vitales.

Cuando los alimentos que ingerimos son ricos en vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes, el organismo dispone de los elementos necesarios para reparar tejidos, producir energía y fortalecer las defensas. Por el contrario, una dieta desequilibrada, basada en azúcares, grasas saturadas y ultraprocesados, genera inflamación, sobrepeso y mayor riesgo de enfermedades.

El sistema digestivo, el metabolismo y el sistema inmunológico dependen directamente de lo que comemos. Un exceso de calorías o una falta de micronutrientes puede afectar el equilibrio intestinal, aumentar la resistencia a la insulina o alterar la microbiota, lo que repercute en la digestión, la energía e incluso el estado de ánimo.

En el Hospital Mesa del Castillo, los doctores María Dolores Frutos, Begoña Mora Peris y Juan Ángel Fernández, al frente del servicio de Nutrición y Tratamientos para la Obesidad trabajan con cada paciente de forma personalizada para reeducar los hábitos alimentarios, adaptar las necesidades nutricionales a su estado de salud y prevenir patologías asociadas.

Cómo influye la alimentación en la salud: beneficios, ejemplos y consejos médicos

Beneficios de una alimentación saludable

Mantener una alimentación equilibrada y variada conlleva beneficios ampliamente demostrados por la ciencia y la práctica médica. Entre los más destacados se encuentran:

Prevención de enfermedades crónicas

Los patrones dietéticos ricos en frutas, verduras, legumbres y grasas saludables (como el aceite de oliva, los frutos secos y el pescado azul), y en particular la Dieta Mediterránea, han sido consistentemente validados por la evidencia científica y ensayos clínicos (como el estudio PREDIMED Plus) para reducir significativamente el riesgo de enfermedades crónicas.

En esencia, este patrón de alimentación saludable no se limita a reducir un único factor de riesgo, sino que opera simultáneamente a través de múltiples vías (mejora lipídica, reducción de la presión arterial, mejor control de la glucosa y protección celular antioxidante) para ofrecer una protección sistémica integral contra estas enfermedades crónicas.

Mejora del sistema inmunitario

Los antioxidantes presentes en alimentos como los cítricos, el aceite de oliva virgen extra o los frutos secos fortalecen las defensas naturales del organismo, actuando como un escudo protector molecular que garantiza que las células que nos defienden puedan operar con su máxima eficacia y longevidad.

Los antioxidantes presentes en este tipo de alimentos fortalecen el sistema inmunitario principalmente a través de la neutralización del estrés oxidativo, un mecanismo biológico dañino que afecta directamente a la función y longevidad de las células inmunitarias

Al disminuir el daño oxidativo crónico, ayudan a retrasar el envejecimiento del sistema inmunitario (inmunosenescencia), manteniendo una respuesta robusta a medida que la persona envejece.

Control del peso corporal

Una alimentación equilibrada favorece el mantenimiento de un peso adecuado porque actúa directamente sobre los mecanismos fisiológicos que controlan el balance energético y la regulación hormonal de la saciedad.

Un patrón dietético basado en alimentos con baja densidad energética (ricos en fibra y agua, como frutas y verduras), permite a las personas consumir un mayor volumen de comida para alcanzar la plenitud gástrica, pero con una ingesta calórica total más baja. La ingesta adecuada de micronutrientes protectores y fibra, junto con la elección de grasas de alta calidad, es una estrategia basada en la evidencia para reducir el riesgo de morbilidad y mortalidad por enfermedades crónicas a través de la optimización de las defensas celulares y la función metabólica.

El consumo adecuado de proteínas y fibra estimula la liberación de hormonas intestinales como la GLP-1 (péptido similar al glucagón-1), que envían señales de saciedad al cerebro, mejorando la respuesta del cuerpo reduciendo la tendencia a la sobreingesta. Al sustituir grasas no saludables por grasas insaturadas, la dieta reduce la inflamación crónica de bajo grado asociada a la obesidad, lo cual indirectamente mejora la sensibilidad a la leptina (hormona que inhibe el apetito), restaurando la capacidad del cerebro para regular el peso de manera efectiva.

Cómo influye la alimentación en la salud: beneficios, ejemplos y consejos médicos

Equilibrio emocional y cognitivo

Una alimentación equilibrada mejora el estado de ánimo y la concentración gracias a su acción directa sobre la neuroquímica cerebral y la estructura neuronal. Diversos estudios confirman que una dieta equilibrada (rica en omega-3, vitaminas del grupo B y fibra) ayuda a regular el estado de ánimo y mejora la concentración.

Los ácidos grasos Omega-3 son cruciales, ya que constituyen los componentes estructurales de las membranas neuronales, mejorando la función sináptica, la memoria y la concentración.

Por su parte, las vitaminas del grupo B actúan como cofactores esenciales en la síntesis de neurotransmisores clave como la serotonina, la dopamina y la acetilcolina, regulando directamente el estado de ánimo y reduciendo la fatiga mental asociada a sus deficiencias.

Además, la fibra promueve la salud de la microbiota intestinal, un actor vital en el «eje intestino-cerebro», y asegura una absorción lenta y estable de la glucosa, previniendo los picos de azúcar que causan irritabilidad y falta de concentración. En conjunto, estos nutrientes protegen el cerebro del daño oxidativo e inflamatorio, optimizando el funcionamiento cognitivo y el bienestar emocional.

Mejora del tránsito intestinal y la digestión

El consumo de fibra vegetal, cereales integrales y agua optimiza la función digestiva mediante varios mecanismos fisiológicos. La fibra soluble actúa como un prebiótico, alimentando a la microbiota intestinal para producir ácidos grasos de cadena corta (AGCC) que nutren el colon y mantienen la barrera intestinal.

La fibra insoluble y la soluble aportan volumen y peso a las heces, estimulando el peristaltismo y acelerando el tránsito intestinal. Además, el agua es esencial para que la fibra forme un gel, ablande las heces y evite la deshidratación fecal, lo que en conjunto mejora la digestión, favorece un equilibrio microbiano saludable y previene eficazmente el estreñimiento.

Cómo influye la alimentación en la salud: beneficios, ejemplos y consejos médicos

El Hospital Mesa del Castillo en la mejora de tus hábitos alimenticios

Cada paciente es único y nuestros servicios de tratamientos para la nutrición personalizan de forma integral el camino hacia hábitos alimenticios saludables adecuados a cada persona, dado que es fundamental personalizar la dieta ya que los nutrientes necesarios varían significativamente según las etapas de la vida, el gasto calórico y las condiciones de salud.

La nutrición es una ciencia personalizada porque la «cantidad estándar» de energía y nutrientes se ve alterada por la dinámica constante de crecimiento, reparación, gasto y estado de salud de cada cuerpo.

Desde nuestra muy amplia experiencia en el ámbito de la nutrición clínica, es habitual la recomendación de las siguientes orientaciones para cuidar la salud a través de la alimentación.

Personalizar la dieta según las necesidades

Los requerimientos nutricionales son diferentes para cada persona debido a la variabilidad metabólica influenciada por factores genéticos y ambientales.

La dieta debe adaptarse fundamentalmente a la edad (que varía las necesidades de proteínas o calcio para crecimiento o mantenimiento), el nivel de actividad física (que dicta el gasto calórico y la necesidad de macronutrientes para recuperación), y el estado de salud o patologías específicas , que imponen restricciones o demandan una ingesta incrementada de ciertos nutrientes.

Reducir el consumo de ultraprocesados

La reducción del consumo de alimentos ultraprocesados, precocinados y con alto contenido en azúcares, sodio o grasas trans es crucial porque estos productos favorecen la inflamación sistémica crónica y el aumento de peso a través de varios mecanismos metabólicos y hormonales perjudiciales.

Estos alimentos tienen una alta densidad calórica y una baja densidad nutricional (poca fibra, vitaminas y antioxidantes), lo que fomenta el aumento de peso al dificultar la saciedad y promover un consumo excesivo de energía. El alto contenido de azúcares simples y carbohidratos refinados causa picos rápidos y elevados de glucosa e insulina, lo que lleva a la resistencia de esta última y facilita el almacenamiento de grasa, promoviendo la obesidad y la diabetes tipo 2.

Además, la combinación de grandes cantidades de grasas trans y saturadas con azúcares y aditivos químicos contribuye directamente a la inflamación crónica de bajo grado. Esta inflamación, a nivel celular, se considera un factor subyacente que impulsa el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, disfunción metabólica y, al interferir con hormonas como la leptina, dificulta aún más la regulación del apetito y la pérdida de peso.

En resumen, estos productos desregulan la homeostasis metabólica, promueven la adipogénesis (formación de grasa) y deterioran la salud celular e intestinal.

Cómo influye la alimentación en la salud: beneficios, ejemplos y consejos médicos

Aumentar la ingesta de frutas y verduras

Aumentar la ingesta de frutas y verduras y consumir un mínimo de cinco raciones diarias es una recomendación esencial y contrastada por la medicina para asegurar el correcto aporte de micronutrientes y antioxidantes, lo cual se traduce en una protección sistémica contra las enfermedades crónicas.

Estos alimentos son las principales fuentes de vitaminas (como la C, A y del grupo B) y minerales (como el potasio y el magnesio) que el cuerpo no puede sintetizar, y que son vitales para el metabolismo energético, la función nerviosa y la salud ósea.

El beneficio protector clave reside en su riqueza en antioxidantes (licopenos, flavonoides, carotenoides), que neutralizan los radicales libres, previniendo el estrés oxidativo y el daño al ADN, mecanismos que subyacen al envejecimiento celular, el cáncer y las enfermedades cardiovasculares.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y estudios como los del Instituto de Salud Carlos III avalan que esta ingesta mínima reduce significativamente la mortalidad general y el riesgo de enfermedades crónicas, con beneficios que incluso aumentan con un consumo superior.

Mantener una adecuada hidratación

El agua es esencial para el metabolismo, la digestión y la eliminación de toxinas. A nivel metabólico, el agua participa en todas las reacciones químicas vitales, actuando como reactivo y medio para el transporte de nutrientes (glucosa, oxígeno) hacia las células y facilitando la producción de energía (ATP).

Para la digestión, el agua es indispensable para la formación de saliva y jugos gástricos, y, combinada con la fibra, es crucial para el correcto tránsito intestinal y la prevención del estreñimiento. Para el común de los pacientes, se aconseja una ingesta de 1,5 a 2 litros diarios, ajustándola al gasto energético individual para garantizar una función corporal óptima.

Combinar alimentación y ejercicio físico

Una dieta saludable debe ir acompañada de actividad física regular porque la sinergia entre ambos elementos es fundamental para el balance energético y la salud metabólica óptima.

Mientras la dieta proporciona los nutrientes y la energía controlada, el ejercicio físico aumenta el gasto calórico, lo que es crucial para mantener un peso adecuado y prevenir la acumulación de grasa corporal. A nivel metabólico, el ejercicio aumenta la sensibilidad a la insulina, permitiendo que las células utilicen mejor la glucosa en sangre y reduciendo el riesgo de diabetes tipo 2.

Además, la actividad física estimula la síntesis y el mantenimiento de la masa muscular, un tejido metabólicamente activo que eleva el gasto energético basal. Conjuntamente, el ejercicio mejora la salud cardiovascular (reduciendo la presión arterial y mejorando el perfil lipídico) y contribuye al bienestar mental al liberar neurotransmisores como las endorfinas.

Cómo influye la alimentación en la salud: beneficios, ejemplos y consejos médicos

Mejora de la salud a través de los hábitos alimenticios

La alimentación no solo tiene un valor preventivo, sino también terapéutico. En determinadas patologías, como la diabetes, la hipertensión o la obesidad, una intervención nutricional puede mejorar notablemente el pronóstico del paciente.

En el servicio de Nutrición y Tratamientos para la Obesidad del Hospital Mesa del Castillo, ofrecemos un abordaje integral de la alimentación como tratamiento médico. Nuestro equipo multidisciplinar formado por médicos especialistas, dietistas-nutricionistas, endocrinos y psicólogos, diseña planes personalizados que combinan educación alimentaria, control médico y apoyo emocional.

Los resultados muestran mejoras sostenidas en el tiempo y en la calidad de vida, consolidando la alimentación como una herramienta terapéutica efectiva y sostenible.

En el Hospital Mesa del Castillo creemos firmemente que alimentarse bien es una forma de cuidar la salud presente y futura. Adoptar hábitos alimenticios equilibrados, mantener un estilo de vida activo y realizar revisiones médicas periódicas son las claves para prevenir enfermedades y disfrutar de un bienestar integral.

A través del teléfono 968 246 116 estamos a disposición de todas aquellas personas que deseen mejorar su alimentación o que necesiten apoyo profesional para alcanzar un peso saludable y mantenerlo de forma sostenible. Una buena alimentación no es solo una elección: es una inversión en salud y calidad de vida.

Una dieta equilibrada aporta los nutrientes clave (vitaminas, minerales, fibra, antioxidantes) que el organismo requiere para funcionar correctamente. Contribuye al fortalecimiento del sistema inmunológico, a una mejor regulación del metabolismo y a la prevención de enfermedades crónicas como la diabetes, la hipertensión o los problemas digestivos.

Los alimentos ultraprocesados, ricos en azúcares, sodio y grasas trans o saturadas, favorecen la inflamación crónica y el aumento de peso. Su consumo frecuente se asocia con mayor riesgo de enfermedades metabólicas y cardiovasculares.

Por ello, recomendamos priorizar alimentos frescos, naturales y cocinados de forma saludable.

No es necesario seguir dietas extremas para mejorar la salud. El objetivo es adquirir hábitos sostenibles: aumentar el consumo de frutas, verduras y legumbres, reducir los azúcares añadidos, mantener una correcta hidratación y controlar las raciones.

En el servicio de Nutrición y Tratamientos para la Obesidad del Hospital Mesa del Castillo ayudamos a nuestros pacientes a lograr un equilibrio saludable sin renunciar al placer de comer bien.

Existe una conexión directa entre la dieta y el bienestar psicológico a través del eje intestino-cerebro. Una alimentación rica en omega-3, vitaminas del grupo B, fibra y antioxidantes favorece el equilibrio emocional, la concentración y la memoria.

En cambio, una dieta deficiente puede provocar cansancio mental, irritabilidad o cambios de humor.

Si notas desequilibrios en tu peso, cansancio persistente, problemas digestivos o simplemente deseas aprender a comer mejor, acudir a nuestra Unidad puede marcar la diferencia.

Nuestro equipo médico-nutricional elabora planes personalizados basados en evidencia científica, adaptados a cada paciente y supervisados de forma continua para mejorar la salud y la calidad de vida.

No dudes en contactarnos a través del número 968 246 116 y estaremos a tu disposición para avanzar juntos en la mejora de tus hábitos alimenticios.

Hospital Mesa del Castillo