El sistema venoso y el sistema linfático se encargan de la circulación de retorno, drenando el líquido que se acumula en el espacio intersticial. Cuando estos sistemas fallan aparece el edema.
El edema es una hinchazón causada por el exceso de líquido atrapado en los tejidos del cuerpo. Aunque puede afectar a cualquier parte del cuerpo, se produce con mayor frecuencia en manos, brazos, pies, tobillos y piernas.
Podemos diferenciar dos tipos de edema en clínica en función de su mecanismo de producción:
Fleboedema: En este tipo de edema cuando presionamos unos segundos con el dedo se provoca una hendidura en la piel que persiste después de liberar la presión. La hinchazón mejora cuando colocamos la parte afectada elevada. Se produce, por ejemplo, por un golpe, y el sistema vascular no da abasto para evacuar el exceso de líquido.
Linfedema: Este tipo de edema se produce por un defecto del sistema linfático, que puede ser genético (linfedema primario) o causado por cirugía o tratamientos como la radioterapia (linfedema secundario). No mejora con los cambios de posición de la extremidad afectada. En este caso el sistema linfático no es capaz de recuperar macromoléculas, la presión oncótica aumenta en el espacio extracelular provocando la captación de líquido del compartimento vascular.
Existe toda una gama de edemas que presentan características mixtas y dependiendo de la mayor o menor participación de cada mecanismo se denomina flebolinfoedema o linfofleboedema.
En 2009 la Sociedad Internacional de Linfología publicó un consenso sobre el diagnóstico y tratamiento del linfedema periférico, en el que se define la terapia descongestiva compleja para el tratamiento físico del edema.
Los pilares de esta terapia son:
Cuidado de la piel. Hidratación y prevención de grietas y fisuras.
Drenaje linfático manual (DLM). Se realiza mediante maniobras muy suaves siguiendo el método Leduc, que ha mostrado su eficacia en numerosos estudios, tanto en animales como en humanos.
Estas técnicas de drenaje tienen mayor influencia en la evacuación de la parte macromolecular del edema; al no aumentar de forma significativa el volumen intravascular, se han mostrado seguras en pacientes con insuficiencia cardiaca.
Ejercicios para mantener el rango de movimiento.
Presoterapia secuencial suave intermitente. Se aplica con una presión débil alternante y un tiempo de reposo entre ciclos para favorecer el drenaje venoso. No actúa sobre la parte macromolecular del edema sino sobre la porción líquida, provocando un aumento del retorno venoso.
No está indicada como tratamiento único del linfedema, sino que debe aplicarse en combinación con las otras técnicas que sí actúan en la evacuación de macromoléculas.
Vendajes multicapas. Se realizan con vendas de corta elasticidad que forman una carcasa flexible y crean un gradiente de presión de distal a proximal. Se colocan cada día después del tratamiento y se deben mantener hasta la siguiente sesión. El paciente debe mantenerse físicamente activo, para una eficacia y aumentan el retorno venoso.
Media de contención hecha a medida. Se utilizan como medida de prevención y mantenimiento.
Además del tratamiento del edema establecido, el tratamiento preventivo del edema en situaciones de alto riesgo ha mostrado ser de gran utilidad. En concreto en el cáncer de mama el tratamiento preventivo mediante drenaje linfático se ha mostrado muy útil, incluso en pacientes con alto riesgo de desarrollar linfedema secundario.