Una consulta frecuente en Pediatría es la cojera, dolor o rechazo al apoyo o uso de un miembro. Esta situación suele alarmar mucho a los padres, siempre pendientes del desarrollo de sus hijos.

La cojera en sí misma es un signo de alarma y debe consultarse al pediatra de zona lo antes posible. Aún así, el contexto es importante.

Si el niño está pasando un proceso infeccioso, bacteriano o viral con fiebre, es relativamente frecuente que no quiera caminar y exprese dolor; es importante explorar al niño para descartar liquido articular (artritis). Si aparece, habría que extraerlo para descartar una infección articular. Cuando se inflaman varias articulaciones a la vez, es menos probable que la causa sea una infección.

El tiempo de duración de la cojera es importante. Cuando la duración es menor de 5 días es probable que el proceso sea benigno o totalmente reversible. Cuando el dolor persiste más de 15 días es importante una valoración del especialista para prescribir pruebas complementarias que descarten procesos con tendencia a permanecer crónicas. Cuando una artritis persiste más allá de 6 semanas sin una causa aparente, las posibilidades de remisión espontánea disminuyen y se recomienda iniciar tratamientos más específicos dentro del campo de la Reumatología.

El número de articulaciones al comienzo del proceso también importa. Como ya hemos mencionado, la afectación de más de una articulación reduce las probabilidades de causa infecciosa y apunta más bien a un cuadro inflamatorio. La Artritis Idiopática Juvenil se clasifica con base en el número de articulaciones afectadas y algunos datos clínicos y analíticos acompañantes, por lo que es importante registrar el número de articulaciones y tiempos de aparición.

Reumatología Infantil                                                                                             Dr. D. Pablo Mesa del Castillo Bermejo