El triángulo virtuoso formado por la Unidad de Lesionados de Tráfico, el paciente y la aseguradora es la clave de una recuperación óptima de la salud del accidentado, que es el objetivo final de todos los implicados.
Todos hemos sufrido o conocemos a alguien cercano que ha sufrido un accidente de tráfico de mayor o menor gravedad. Conocemos la sensación de alarma que se produce instantes después del impacto: ¿Estoy bien?, ¿mis acompañantes están bien?, ¿y los del otro vehículo?
Con el paso de las horas, las preguntas más básicas e importantes se van mezclando con otras menos vitales pero nada banales: ¿Cuánto me va a costar esto?, ¿me lo cubrirá el seguro? Una ola gigante de gestiones, burocracia, abogados e incertidumbre económica amenaza con rompernos encima.
Independientemente de si ha sido un accidente con lesiones graves o leves y sin importar de quién haya sido la culpa, las personas implicadas en un accidente (siempre que tengan sus seguros en regla) están protegidas por la ley y tienen derecho a un tratamiento médico completo.
Pero muchas veces del dicho al hecho hay un buen trecho, y puede ocurrir que mientras la burocracia se toma su tiempo para validar una intervención quirúrgica o un tratamiento de fisioterapia, la lesión se perpetúa y se agrava. En estos casos el tratamiento se complica y las posibilidades de restituir el nivel de salud previo al accidente se reducen.
Una Unidad de Lesionados de Tráfico (ULT) es la unión de los servicios médicos integrados y la gestión administrativa necesaria tras un accidente con lesiones.
De nada sirve que un especialista solicite una prueba diagnóstica para el paciente accidentado, como una Resonancia Magnética Nuclear, si la compañía de seguros no autoriza el gasto. Para lograr un tratamiento médico adecuado es imprescindible una gestión documental, legal y administrativa impecable.
Puede ser que estos gastos médicos deban ser posteriormente puestos a disposición de un juez que determinará quién debe costear el tratamiento. En este caso el informe médico debe ser también impecable, debe justificar a la perfección la necesidad de cada prueba diagnóstica, de cada intervención quirúrgica y de cualquier tipo de servicio de rehabilitación que pueda necesitar el paciente.
Una ULT de primer nivel está conformada por profesionales que velan por el bienestar de sus pacientes pero que a la vez tiene una relación de confianza y honestidad con las compañías de seguros de automóviles.
Porque las compañías de seguros no son ogros que buscan ahorrar hasta el último euro en detrimento, incluso, de la salud de sus clientes. Todo lo contrario, buscan la satisfacción de sus asegurados, clientes contentos que recomienden sus servicios. Pero necesitan claridad, una gestión burocrática intachable y sobretodo poder confiar en quienes velan por la salud de sus clientes.
La confianza en los servicios médicos y la claridad documental son dos elementos básicos que deben coexistir compenetrados a la perfección en una buena Unidad de Lesionados de Tráfico. En los últimos tiempos, el Informe Médico Concluyente (IMC) se ha convertido en la herramienta que aúna estos dos elementos y facilita tanto una recuperación adecuada como la gestión documental de éxito.
Una ULT que elabore un Informe Médico Concluyente de primer nivel tendrá no sólo la confianza del paciente, sino la de la aseguradora, con quien se entabla una relación sólida y duradera donde son los especialistas médicos quienes marcan las pautas de la recuperación, no los protocolos o una constante revisión a la baja de pruebas y tratamientos.
En definitiva, el IMC es la base de una ULT donde el accidentado puede depositar su confianza con total tranquilidad a nivel de gestión documental y médico.
En la Unidad de Lesionados de Tráfico del Hospital Mesa del Castillo nos enorgullece comprobar que, tras varios años trabajando y mejorando, hemos logrado una situación óptima. Nuestro equipo médico, nuestros fisioterapeutas y nuestro equipo de gestión administrativa forman un grupo compenetrado y enfocado en la salud del paciente.
A su vez, no dejan de lado la importancia de la relación con las compañías de seguros a través de una comunicación transparente y profesional que facilite su parte del trabajo y la tramitación de todos los procesos administrativos necesarios, con el IMC como máxima expresión.
El triángulo virtuoso formado por la ULT, el paciente y la aseguradora termina siendo la clave de una recuperación óptima de la salud del accidentado, que es el objetivo final de todos los implicados.
ULT en tiempos de COVID-19
Como en el resto del Hospital Mesa del Castillo, la Unidad de Lesionados de Tráfico se ha visto obligada a adaptarse a las complicadas circunstancias que nos ha impuesto la pandemia por COVID-19. Una unidad multidisciplinar como la nuestra debe tener especial cuidado en los contactos, ya que un solo paciente puede llegar a interactuar con varios profesionales: distintos especialistas, personal de gestión y fisioterapeutas. Para minimizar el riesgo de contagio se han tomado las siguientes medidas.
- Toma de temperatura antes de entrar al centro.
- Obligación de llevar mascarilla.
- Gel hidroalcohólico a disposición en varios puntos del centro.
- Se solicita no acudir con acompañantes si no es por causa de fuerza mayor.
- Nuestro personal de fisioterapia está especialmente protegido con Equipos de Protección Individual (EPI).
Gracias a estas medidas no se ha dado todavía ningún contagio y esperamos que así sea en el futuro.