Lorena Romero Abellán, enfermera de quirófano del Hospital Mesa del Castillo, ha vuelto de Tanzania tras realizar un voluntariado de asistencia sanitaria.

Con el apoyo de Mesa del Castillo y con sus propios medios, Lorena partió hacia tierras tanzanas hace más de un mes. Lorena Aterrizó en Arusha, una ciudad al norte de Tanzania, con varias cajas de material médico y una mochila llena de ilusión.

Lorena nos ofrece su propio testimonio: “En un principio íbamos a realizar el voluntariado en el hospital de Arusha, pero descubrimos que los más necesitados no están en los hospitales, sino en la calle: Toda esa gente que no puede permitirse el lujo de pagar a un médico. Comenzamos a dar asistencia sanitaria en nuestro barrio, nuestra comunidad, dispuestos a ayudarles en todo lo posible.”

Tras varias sesiones de consulta médica improvisadas en el salón de la casa de los voluntarios, o haciendo visitas a domicilio, una llamada les ayudó a darse cuenta de la importancia de su labor: “Un día a la hora de la comida nos llamaron porque querían vernos en la iglesia. Fuimos y nos encontramos unas treinta personas esperándonos para que los atendiésemos. Personas que nunca habían ido al médico. Personas que trajeron sillas de su casa para esperar pacientes su turno. Mujeres, bebés, hombres y ancianos que nos regalaron las miradas de agradecimiento más bonitas que jamás he recibido. Sencillamente impresionante.”

“Gracias, gente de Tanzania, por hacerme sentir tan bien, por reiterarme que mi trabajo es exactamente lo que quiero hacer el resto de mi vida, por hacerme sentir tan válida. Por muy tarde que terminásemos, por muchos pacientes que viésemos y por muy cansados que estuviésemos, os merecéis esto y más. Gracias también a José, un médico genial y ahora amigo espectacular, que tuvimos la suerte de conocer y nos ha ayudado en esta aventura.”

“Este sentimiento de gratitud, sin embargo, se mezcla con la pena. Con la pena de ver cómo los recursos existentes son insuficientes. Hicimos campanas nebulizadoras con botellas de plástico para los niños asmáticos. Al día siguiente fuimos al colegio y los niños nos explicaron que su amigo que antes no podía respirar bien, ahora sí puede. Es muy gratificante a la vez que triste, porque ese inhalador se agota.”

“Muchas gracias a mi gente, amigos, familia y al Hospital Mesa del Castillo, donde tengo la suerte de trabajar, por la ayuda recibida. Por darnos la oportunidad de proporcionarles momentáneamente soluciones a éstas dolencias. Gracias a todos y cada uno de mis compañeros por el apoyo y la ayuda recibida. Es de grandes ayudar a los más pequeños, Asante sana, Hospital Mesa del Castillo. Asante sana a cada una de las personas que me han ayudado y se han interesado por ésta experiencia única.”

Tanzania – Misión cumplida