En nuestro trabajo diario nos encontramos con una gran diversidad de enfermedades que afectan a los recién nacidos, pero sin duda, la más prevalente es la prematuridad.
Se define la prematuridad como todo aquel neonato que nace entre la semana 23 y la 37 de gestación. En nuestro país existe al año entre un 7% y 9% de partos pretérmino, lo que suponen anualmente entre 32000 y 42000 niños.
Evidentemente lo mejor sería poder prevenir que el parto se produjera antes de la fecha probable de nacimiento, pero existen múltiples factores que inciden en este extremo, por lo que se hace difícil en ocasiones “frenar” dicho momento.
Afortunadamente se ha producido en muy poco tiempo avances médicos que hacen que la mortalidad de nuestros pequeños pacientes haya disminuido drásticamente, y que se haya podido bajar la edad gestacional a partir de la cual se considera viable un prematuro hasta la semana 23. Este punto no está exento de un cierto coste, ya que al movernos en edades tan extremas podemos aumentar el riesgo de secuelas, que será mayor cuanto más cercanos al límite inferior de viabilidad nos encontremos.
Nuestra experiencia nos demuestra que, salvados los primeros momentos en los que la supervivencia es lo que importa, la siguiente pregunta que surge a los padres es “¿qué secuelas tendrá mi hijo/a?”. En los casos extremos el pronóstico a veces es muy sombrío, pero en los casos intermedios se hace necesario un seguimiento a largo plazo, incluso hasta la adolescencia. Siempre decimos que hay que tener paciencia, ya que a medida que nuestro pequeño paciente crece, las exigencias referentes al desarrollo psicomotor serán mayores y debemos ir viendo, visita a visita, si cumple con ellas. Gracias a la implementación de los programas de Atención Temprana han mejorado los índices de desarrollo psicomotor en todas las edades.
Mientras no sepamos cómo atajar el parto prematuro, nuestra mejor arma es prestarles el mejor de los cuidados y proporcionarles un seguimiento estrecho para la pronta identificación de problemas y ponerles solución.
Dres. Alcaraz y Susmozas
Consulta del Recién Nacido de Riesgo del Hospital Mesa del Castillo