En un mundo tecnológico y global como el actual, donde la información, el ocio y las relaciones personales se vertebran también en Internet y las diferentes redes sociales, es sorprendente que la salud, una de las primeras inquietudes humanas, no esté presente y de diferentes maneras en este cambio social.
Las necesidades de las personas con respecto a la salud van desde la información sobre prevención y vida saludable, hasta conocimientos más técnicos y médicos ante un diagnóstico de enfermedad y su tratamiento.
A este respecto, las redes sociales e Internet ofrecen la posibilidad de ser un gran espacio de almacenaje de información y conocimiento, pero también de comunicación. Con el advenimiento de la web 2.0, y más aún con la reciente web 3.0, el usuario de Internet no es un ente pasivo que recibe información creada por otros, sino que interactúa con la información, la comparte, la comenta, la critica y la crea, y en este punto es quizás cuando urge con mayor necesidad que, en ámbitos tan delicados como el de la salud, la información esté contrastada por personal sanitario que garantice su veracidad.
Conscientes de la necesidad de acercar al paciente y al personal sociosanitario a las redes sociales como un medio más de difusión de la salud y bajo una serie de garantías legales y médicas,la Asociación TicBioMed y el Hospital de Molina (en Molina de Segura, Murcia) han organizado un seminario, titulado “Redes Sociales para organizaciones socio-sanitarias”, celebrado el día 3 de junio de 2013 en el Salón de Actos del Hospital de Molina, que presenta el uso, ventajas e inconvenientes de las redes sociales en temas de sanidad. El seminario resultó ser la síntesis y presentación de un texto práctico titulado «Guía práctica para el uso de redes sociales en organizaciones sanitarias». La coordinadora del texto, Carmen Murcia, profesional en temas de redes sociales especializadas en organizaciones sociosanitarias y consultora de Social Media Pharma, fue la encargada de la presentación.
Carmen Murcia enfatizó la importancia de que las instituciones sanitarias, incluidas las asociaciones de pacientes, tengan presencia en las redes sociales y participen de la difusión e información en temática sociosanitaria. Para ello, expuso la ponente varios ejemplos, como los hospitales Sant Joan de Deu de Barcelona, el Universitari de Son Espaces de Palma de Mallorca o el Hospital Medimar de Alicante, reconocidos por su buen hacer y el uso de las redes sociales. De igual forma, las asociaciones y plataformas de pacientes, sobre todo las de pacientes crónicos, se benefician del uso de las redes sociales en su labor de informar y aconsejar en materia de salud, siendo ejemplo importante la Escuela de Pacientes de la Junta de Andalucía y sus blogs, dedicados a temáticas como la fibromialgia, cáncer de mama, alimentación sana, etc. Otros ejemplos expuestos por Carmen Murcia fueron el Foro de pacientes de Cataluña, La Red de Pacientes o la web Noscuidamos.com, dedicado a enfermos de diabetes.
Junto a hospitales y portales dedicados a pacientes, las redes sociales son igualmente útiles para las comunidades científicas y las sociedades/fundaciones que tienen en la difusión de investigación e información de carácter más técnico su objetivo general. Como ejemplos a seguir, las webs y redes sociales de Colegios de médicos, enfermeros, odontólogos, psicólogos, enfermeros, fisioterapeutas, etc., ola Sociedad Española de Cardiología y la Fundación Española del Corazón. También, por la información almacenada, la iniciativa de Wikisanidad.
En resumen, podemos decir que el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación en el ámbito de la salud ayuda a aunar grupos, hacer amigos, poner en contacto a profesionales, instituciones y pacientes, facilita divulgar la información técnica y la reclamada por el público no profesional de la sanidad, ayuda a generar conexiones, mover tráfico hacia las webs médicas y de las instituciones sanitarias, etc. También incita, promueve y facilita la investigación, la educación sanitaria, el reclutar a posibles pacientes para ensayos clínicos, la atención al paciente, la comunicación de Salud Pública (por ejemplo en casos de emergencia sanitaria). Internet y las redes sociales son herramientas de marketing y publicidad, ayudan a fidelizar pacientes, promueve el branding (hacer marca), así como servir de vías alternativas y complementarias de comunicación diversa a la tradicional, como pudieran ser las notas de prensa.
Pero, ¿hacia dónde se va? Hacia el E-Health 2.0 (ó 3.0), o lo que es lo mismo, a la posibilidad, algún día, de usar las redes sociales para ponernos en contacto con nuestros médicos y demás personal sanitario, consultarle dudas y expedir recetas. Ello ayudaría a rentabilizar el tiempo invertido en sanidad, siempre valioso y escaso. Con ello no se aboga por la desaparición de las consultas presenciales, pero sí más rentabilizadas al ser destinadas a atender a un paciente que está bien informado. Obligar a los pacientes, por parte de los profesionales de la salud, a no consultar sus síntomas, diagnósticos y tratamientos en la red es contraproducente, pues independientemente de la información vertida por el profesional sanitario, la tentación de acudir a la red para informarnos y contrastar datos es innegable. El personal sanitario ha de ser consciente de esta evidencia, y participar en la creación y divulgación, en general y entre sus propios pacientes, de espacios, redes y entidades que divulgan y crean información veraz. Si el personal e institución sanitarios están presentes en las redes sociales y demás medios de comunicación online, esta labor se facilita, por ejemplo, compartiendo información veraz o personalizándola.
Pero nos podríamos preguntar lo siguiente: ¿qué medios son los más apropiados? Pues aquellos que respondan mejor a las necesidades de comunicación y relación de las instituciones y asociaciones sociosanitarias. Aunque existen redes especializadas en profesionales de la medicina, los medios más generales, como Facebook, Twitter, Youtube, Slideshare y tantos otros, quizás sean los más recomendables y utilizados por su alcance, conocimiento y posibilidades.
El problema quizá no está en qué plataformas usar para realizar esa comunicación sino más bien en quién delegar para representar en las redes sociales y realizar la difusión y selección de contenidos que se aportan, comparte, crean, etc. Sin duda, sea parte del personal sociosanitario de la institución o un profesional ajeno a dicha institución contratado mediante una agencia o por la propia institución, éste ha de estar sensibilizado en temas de salud, tener un perfil tecnológico y grandes habilidades sociales. No es necesario que sea médico, ni informático ni periodista, sino alguien capaz de gestionar las redes sociales, monitorizarlas, seleccionar contenido, difundirlo y crearlo y, en fin, representar a la institución que le paga. Pero el tener en nuestro hospital, fundación o asociación alguien responsable de Social Media no implica que, a título personal y profesional, el personal sanitario no pueda hacer uso de las redes sociales para comunicarse entre ellos, con los pacientes, con las citadas instituciones y asociaciones, entre unidades y áreas de un hospital, o simplemente como forma de participar en la divulgación y creación de contenido sociosanitario.
Vemos, para finalizar, que la presencia de la salud en Internet y en las redes sociales tiene más bueno que aportar que malo por restar. La realidad es que, con apoyo sanitario o no, la gente se pondrá en contacto entre sí y divulgará material que esté relacionado con la salud. Y lejos de espantar y causar recelos por la mala información que abundan en estos medios, quizás sea labor de las instituciones y profesionales de la salud el participar de ellos. No hemos de olvidar que la divulgación científica y la promoción de hábitos saludables entre pacientes y la población en general es una obligación de estas entidades y profesionales. No hay razón hoy para que ésta no se realice de forma cibernética, que se ha comprobado que es más rápida, barata y llega a más gente que las tradicionales formas de comunicación, divulgación y publicidad centradas en el correo postal, televisión, radio o publicaciones científicas en papel. Ante una Salud Electrónica cada vez más cerca, lo sabio quizás sería acercarse a ella y participar desde dentro, tal y como muchos hospitales, sociedades, asociaciones y fundaciones vienen haciendo. La Salud Electrónica no es sólo posible, sino que cada vez más es una realidad. No nos quedemos atrás.
Texto de Óscar González Vargara para Hospital Mesa del Castillo