La irrigación bucal es una técnica de limpieza bucodental con numerosos beneficios para nuestra salud bucal. Consiste en la aplicación de forma directa de un chorro pulsátil de agua que facilita la eliminación del biofilm o placa dental, ya que hay zonas de difícil acceso para el cepillo dental, y de ahí la importancia de esta técnica.
La irrigación bucal es una acción muy utilizada en las consultas odontológicas que también puede realizar uno mismo en casa.
Esta técnica de higiene bucodental se considera el complemento perfecto al cepillado, ya que no solo contribuye a eliminar la placa bacteriana en las zonas de más difícil acceso para el cepillo sino que además proporciona una sensación de frescor y limpieza máxima.
La irrigación bucal es recomendable para cualquier persona, aunque resulta especialmente beneficiosa para personas con necesidades especiales como pacientes con ortodoncia, implantes o diabéticos entre otros. Así, existen por ejemplo irrigadores bucales para personas con ortodoncia con una boquilla especial.
¿Cuáles son los beneficios de la irrigación bucal?
Gracias a la presión del agua es posible eliminar gran cantidad de biofilm o placa bacteriana, ayudándonos a prevenir enfermedades infecciosas como la caries.
La irrigación bucal combinada con el cepillado diario es especialmente recomendable para evitar el sangrado de las encías, por lo que resulta muy eficaz para las personas con problemas de encías.
Asimismo, los resultados son notablemente visibles en las personas con ortodoncia. La irrigación bucal es considerada tres veces más efectiva para eliminar la placa dental que la combinación de cepillado e hilo dental.
Tras su realización, aporta una sensación de limpieza total y frescor que además cuida de los tejidos bucales.
Contribuye a reducir la placa bacteriana de las bolsas periodontales, así como el mal aliento o halitosis.
Ayuda a controlar la inflamación de las encías en la gingivitis y otras enfermedades periodontales y reduce el sangrado.
Y, por último, hace más sencillo el cuidado e higiene bucodental de las personas con necesidades específicas (como personas diabéticas, con ortodoncia o implantes), al llegar con más facilidad a las zonas más difícilmente accesibles.