La gingivitis consiste en el enrojecimiento y el sangrado provocado por la inflamación de las encías. Este es uno de los problemas más frecuentes en las consultas odontológicas y su diagnóstico es rápido y sencillo. 

La gingivitis suele ser causada por la proliferación de bacterias sin control dentro de nuestra boca, dificultando cada vez más el cepillado. Esta inflamación de las encías debe ser tratada eficazmente antes de que evolucione hacia afecciones más graves como la periodontitis, pudiendo llegar incluso a la pérdida de piezas dentales.

¿Cómo prevenimos la inflamación de las encías?

Lo más importante es llevar una higiene bucodental adecuada y visitar la consulta de nuestro dentista periódicamente para realizarnos una revisión. Éste podrá ayudarnos a través de una conveniente educación en higiene bucodental, ya que en gran parte de los casos esa inflamación de las encías es debida a una inadecuada higiene bucal.

¿Qué tratamiento debemos seguir?

Ante una inflamación de las encías, lo primero es eliminar las bacterias que la han causado. Para ello nuestro dentista nos realizará una limpieza profesional y mediante sus enseñanzas nos ayudará a prevenir la gingivitis en un futuro. A partir de este momento, el cepillado contribuirá especialmente en su control, independientemente de que el cepillo sea manual o eléctrico. La acción del cepillado deberá llevarse a cabo sin miedo y durante aproximadamente dos minutos. Sin embargo, las zonas interdentales son las que precisan de una mayor atención, por lo que el uso de cepillos interproximales será decisivo en el control de la inflamación de las encías. Además, para conseguir una higiene bucodental más íntegra, deben utilizarse agentes químicos en forma de pastas dentífricas especiales y colutorios con un componente especial antiplaca llamado clorhexidina. En definitiva, la educación en higiene bucodental es la mejor forma de prevenir y tratar la inflamación de las encías.