La psicología está tomando estos días un protagonismo especial. Solos o en demasiada compañía, nos vemos obligados a habitar un mismo lugar durante mucho tiempo, lo cual no siempre es fácil.

Esta situación pone a prueba nuestra capacidad de adaptación. Si además sufrimos una patología psicológica previa, el reto es aun mayor.

En el segundo encuentro de la etapa de confinamiento por la pandemia del COVID-19 hablamos con Joaquín Conesa, psicólogo clínico de nuestro centro.

¿Cómo se vive el confinamiento en soledad?

En el caso de las personas mayores que se encuentran en situación de soledad, que seguramente serán la mayoría, va a depender mucho de si tienen una psicopatología previa, que en esos casos suele ser algún tipo de depresión.

Pero aunque estén solas, en este mundo tan comunicado pueden estar en contacto con sus familiares y amistades. Una comunicación fluida puede ayudarles.

Si no tienen ningún trastorno pueden tener capacidad de adaptación, puesto que las personas mayores han vivido a lo largo de su vida situaciones análogas o incluso más graves.

¿Cómo podemos evitar caer en la depresión?

Hay que procurarse unos cuidados físicos y mentales. En plano físico mantener una actividad física adaptada al espacio en el que nos encontremos. En el capítulo psicológico, si no hay ningún trastorno, pues simplemente establecer rutinas diferentes.

Hacer aquellas cosas que normalmente queremos hacer pero no tenemos tiempo, lo cual supone una aspecto positivo de este confinamiento.

En el caso de que hubiera ansiedad, depresión o algún trastorno de tipo moderado, sí es importante seguir los consejos profesionales, que pueden pasar por técnicas de relajación. También se debe procurar que el pensamiento no sea excesivamente negativo por ejemplo no abusando del consumo de noticias.

El confinamiento en grupo también puede causar conflictos, ¿Algunas claves?

Se pueden hacer varias divisiones, pero básicamente las familias que están estructuradas, es decir con canales de comunicación e inteligencia emocional, van a ser capaces de superar las incomodidades que pueda provocar el confinamiento. Estas familias no sólo no van a tener problemas sino que van a mejorar si vínculo afectivo.

Aquellas familias desestructuradas sí puede presentar problemas importantes.

Falta de comunicación, egoísmo y algunos rasgos indeseables pueden florecer con más fuerza en este periodo, lo cual es preocupante.

¿Qué sienten las personas que tiene que trabajar y poner en riesgo su vida como personal sanitario o cajeros de supermercado?

Si provienen del ramo sanitario, normalmente deben estar preparadas porque suelen tomar cursos especializados.

Hay un poco más de riesgo en esos trabajadores no especializados que se han visto atrapados en esta situación. Puede haber casos de ansiedad, angustia e incluso miedo. Se recomienda, en caso de que se vean superados, una baja laboral y buscar una sustitución.

Aunque el hecho de estar distraídos y la propia adrenalina que genera la situación es muy posible que les ayude a superar el día a día.

Estas personas, donde sí es posible que sufran un bajón es al final de proceso, cuando termine la situación y se relajen. Será entonces cuando quizás necesiten ayuda terapéutica.

¿Cómo será la salida de esta situación?

España es un país desarrollado. Los sistemas de enseñanza llevan años trabajando la inteligencia emocional, el altruismo, la empatía. Yo creo que vamos a salir reforzados. Vamos a ser menos egoístas, vamos a valorar las cosas importantes de la vida y pienso que vamos a salir de esta más unidos como sociedad.

En definitiva va a ser un avance para todos porque nos va a unir más todavía a nivel social y psicológico.

¿Alguna lección aprendida estos días?

Bueno, en principio mis pacientes van llevando la situación muy positivamente, lo cual me alegra.

A nivel personal hace un par de días hablé con unas tías que tengo en Barcelona y Madrid. Ambas son mayores y viven solas. Me sorprendí mucho porque entre chistes y ánimos fueron ellas quienes acabaron reconfortándome a mí.

Es el ejemplo de personas que están solas, son mayores pero llevan la situación con dignidad.