Tras un accidentado vuelo hacia el Kilimanjaro, y haciendo noche en una suite en Estambul porque nuestro avión llegó una hora tarde, por fin estamos en Arusha. Desde el momento cero tenemos la sensación de estar en un país, en un sitio, en una cultura totalmente diferente… Nada es igual, ni nada volverá a ser lo mismo después de esto.

Vivimos en las afueras de Arusha, en Morombo, y aunque muy sencilla, nuestra casa desde el primer momento es nuestro nuevo hogar. Bakari y Ainara nos reciben con los brazos abiertos y siempre les estaremos agradecidos por formar parte de esta experiencia única.

Estamos conociendo la verdadera África, la verdadera Tanzania. Vamos a sitios africanos, para gente africana, y estamos empapándonos de cada uno de los sabores, de los olores, de las costumbres y de las sensaciones africanas. Esto es sencillamente maravilloso. Una experiencia que jamás olvidaremos y que sin duda nos ha cambiado en los pocos días que estamos aquí.

Cuando llegamos al barrio los niños nos miraban raro… éramos musumbus (blancos) y una de las sensaciones mas contradictorias de mi vida fue cuando estando en el »bar» del barrio y bajo una lluvia tropical a la que ya nos hemos acostumbrado, se nos acercaron dos niños, a los que se nos ocurre darles un caramelo… y es ahí cuando empieza nuestro cambio de chip. Esos niños salen despavoridos bajo la lluvia a avisar a sus hermanos, amigos y vecinos de que los musumbus tienen cosas para ellos. A los diez minutos aparecen unos diez niños corriendo bajo la lluvia con la frase más repetida y que jamás olvidaré: musumbu, a pipi… (blanquitos, un dulce…) . Me pregunto que pasaría si esos niños a los que les dimos el caramelo fueran españoles, o del que llaman «primer mundo», y cual hubiera sido su reacción.

Cada día, al llegar a casa todos nuestros vecinos salen despavoridos en busca de un pipi y te hace reflexionar seriamente sobre la educación actual. Esos niños te piden un caramelo y una vez que lo tienen, salen a llamar a sus hermanos, o incluso se los traen a rastras para que no se queden sin «regalo musumbu». Hasta que todo el mundo no tiene, aunque les des para repetir, no repiten. Reparten entre los demás. Tienen un sentido de la familia, de la educación y de la generosidad de la que todo el mundo debería aprender. Estamos conociendo la verdadera África. Y sinceramente me encanta. Quizás es el momento de mi vida en el que «menos» tengo, y en el que más llena me siento.

Es duro ver cómo con tan poco pueden ser tan felices. Vivo en un sitio donde un globo con agua puede ser mucho más divertido que la Play 3, un caramelo el mejor de los manjares y donde ser de un color diferente de piel no es nada malo. Vivo en el que llaman «tercer mundo», y a mi me parece que estamos equivocados de escalafón… Porque esta es gente de primera.

Porque valorar una ducha de agua caliente, es algo que jamás pensé vivir. Porque aquí la fruta huele y sabe a fruta, porque la gente mira a los ojos al hablar, porque se entregan como nadie para que te integres. Porque te enseñan sus costumbres, su lenguaje (al final me voy sabiendo swahili), su cultura y su sabiduría. Porque jamás pensé que enseñar a jugar al UNO a nuestra adorable cocinera pudiera ser tan divertido. Porque nunca imaginé que ir a una fiesta de música africana en directo y que me sacasen a bailar como una mas, sin importarles el color de mi piel, me fuera a hacer tan feliz. Porque ésta experiencia me está enseñando cosas que espero nunca olvidar. Nada ni nadie me borrará nunca de la memoria la sonrisa de estos niños, la infancia pura que tienen. Porque llevan unos zapatos quizá tres tallas más grandes de su pie, y una ropa de quinta mano, y sin embargo son mucho mas agradecidos o felices de lo que pueden ser niños con las ultimas marcas de ropa, teléfonos móviles, y juguetes de ultima generación. Porque a todo el mundo le recomendaría vivir una experiencia así. Así es como verdaderamente se valora lo que se tiene. Llamadme loca, pero prefiero cambiar lujo por cultura, comodidades por vivencias increíbles y hoteles de cinco estrellas por un barrio de la verdadera África.