La pérdida de un diente es mucho más frecuente de lo que puede parecer. Generalmente se la asocia con la edad. Los niños pierden los dientes de leche por una renovación natural, y las personas mayores por un deterioro del envejecimiento.
Realmente cualquier persona puede sufrir la pérdida de un diente, y además esto puede ocurrir en el momento menos esperado. El conocimiento sobre cómo actuar puede ayudar a resolver la situación de la mejor forma posible.
¿Por qué puede ocurrir la pérdida de un diente?
Además de la caída natural de dientes en la infancia, existen dos factores que provocan la pérdida de piezas dentales: los traumatismos y la enfermedad dental.
Los traumatismos dentales constituyen una de las emergencias odontológicas más comunes. Son de pérdidas dentales ocurridas por:
- Traumatismos en actividades deportivas.
- Caídas accidentales.
- Peleas.
- Accidentes en automóviles, motocicletas, bicicletas.
- Morder algo muy duro.
Las patologías bucodentales son otro motivo de pérdidas de dientes; especialmente la periodontitis y las caries. Se trata enfermedades que afectan el hueso y las encías que no han sido tratadas; la base del diente se deteriora y la pieza cae.
Cuando se pierde un diente, es necesario responder de forma adecuada para evitar que el problema se complique. El espacio vacío puede ocasionar el movimiento de las otras piezas; también será un lugar de acumulación de la placa bacteriana responsable de las enfermedades periodontales.
¿Qué hacer ante la pérdida de un diente?
Suele suceder que el primer pensamiento de quien pierde un diente tiene que ver con la estética. Pero es necesario saber que no solo se trata del aspecto, sino también de la salud de la boca. Actuar inmediatamente puede salvar el diente perdido.
- Es conveniente rescatar el diente, si las circunstancias lo hacen posible. Se debe coger por la corona, por la parte de arriba, nunca por la raíz.
- Lavar la pieza dental inmediatamente bajo un chorro de agua potable.
- Hay que lavar también la boca con abundante agua para evitar la contaminación.
- Para transportar el diente, lo mejor es colocarlo dentro de la boca, en su lugar original, o debajo de la lengua. Si esto no es posible, es aconsejable introducirlo en un vaso, sumergido en solución fisiológica o leche.
- Acudir al odontólogo antes de que pasen dos horas de ocurrida la pérdida. En este tiempo, es posible que el profesional pueda reimplantarlo.
- Si se trata de un diente de leche, en caso de un niño, seguramente el diente no será reimplantado. De igual modo, la consulta inmediata al odontólogo es muy conveniente.
La odontología de recuperación está muy desarrollada, por lo que la pérdida de un diente es fácilmente solucionable con la atención adecuada.