«La mujer es la más fuerte de la familia»
«La mujer es la más fuerte de la familia»
Dra. Manoli Roca – Historias Clínicas
Identificación del paciente
Nombre: Manoli Roca Meroño.
Edad: Nací en mayo de 68 (Esto explica muchas cosas).
Lugar de nacimiento: Murcia.
Estado civil: Soltera.
Profesión / Especialidad: Médico. Ginecóloga.
Puesto: Ser humano, médico. Soy una ginecóloga más y dirijo a mi equipo pero no soy más importante.
Dra. Manoli Roca – Historias Clínicas
Identificación del paciente
Nombre: Manoli Roca Meroño.
Edad: Nací en mayo de 68 (Esto explica muchas cosas).
Lugar de nacimiento: Murcia.
Estado civil: Soltera.
Profesión / Especialidad: Médico. Ginecóloga.
Puesto: Ser humano, médico. Soy una ginecóloga más y dirijo a mi equipo pero no soy más importante.
Motivo de consulta
De pequeña estatura y frondosa melena, las palabras se atropellan una tras otra cuando habla, condenando al más hablador al silencio. Quien la conoce, ya sabe de quién hablamos.
Esta ginecóloga especializada en tratamientos de fertilidad, una vez que atravesamos la puerta de su despacho o penetramos en su círculo social se muestra cariñosa y simpática, y nos desvela una persona orgullosamente humilde y profesional sobre todas las cosas.
La patología de la Dra. Roca es que su corazón es más grande de lo normal y bombea sangre como para un gigante. Siendo ella tan pequeña de estatura, la sangre fluye con una presión endiablada. Así, Manoli presenta una intensidad fuera de lo común en ámbitos como las relaciones sociales y el trabajo, manifestando importantes brotes de sinceridad a sus amigos, familiares, compañeros y pacientes.
Anamnesis
«Nací en Murcia. Cuando tenía cuatro años me fui a vivir a un pueblecito que se llama Roldán, donde estudié EGB. Somos cinco hermanos. Yo soy la cuarta de cuatro chicas y un chico. Soy hija de un camionero y un ama de casa que nos enseñaron el respeto, el honor, el trabajo y el esfuerzo desde el principio.»
«Empecé a coger hierba para criar conejos desde pequeñita para que mi madre los pudiese vender para tener dinero para comer. De ahí salimos, siendo una piña los cinco. Mi padre se iba con el camión y se pasaba fuera uno o dos meses.
«Cuando pasa el tiempo te das cuenta de que tu madre tiene muchísimo mérito. Llegar a tu casa y que tu madre te diera un bocadillo y un vaso de leche es algo importante.
«Mi madre ha sido una mujer con un carácter muy fuerte, muy inteligente. Si hubiese podido estudiar habría sido ministra de economía porque con veinte duros de aquella época sacaba la casa adelante.
«Mi padre era un hombre muy fuerte también, muy auténtico, muy trabajador e innovador. Aprendió a leer y escribir en la mili pero yo siempre lo he definido como un analfabeto sabio. Sabía lo que valía un plato de lentejas.»
«Soy hija de un camionero y de un ama de casa»
Antecedentes
¿Por qué medicina? Por vocación. Siempre he querido ser médico. Siempre he sido una persona abierta y me gusta estar cerca de la gente. De hecho me critican mis amigos porque dicen que soy una persona muy poco discreta. El secreto profesional sí lo mantengo, pero la discreción no es una de mis características. A mí me gusta arañar un poquito en el ser humano y ver qué hay detrás de los trajes de chaqueta, de los monos de trabajo. Siempre me ha gustado mucho la gente. La medicina era lo mío porque pensaba que era como más podía ayudar a la gente. Si volviese a nacer sería médico. Y volvería a ser ginecólogo.
¿Por qué ginecólogo? Cuando hay un problema de guerra en un país, por ejemplo, y hay refugiados, la mujer siempre es quien cuida a los niños y a los ancianos. Yo soy de un medio rural donde ves que las mujeres cuidan de la casa, de los niños, pero ellas se preocupan muy poco por sí mismas. La mujer siempre ha ido por detrás en derechos como el voto, o para abrir una cuenta bancaria sin compañía de un hombre. En el ámbito de la reproducción los hombres podían preservar su fertilidad en caso de cáncer pero había trabas legales para cuestiones relacionadas con las mujeres. Había un desajuste de equilibrio y eso me llamaba la atención. Yo pensé en ayudar al más débil. Aunque la mujer no es la más débil sino la más fuerte de las familias.
Motivo de consulta
De pequeña estatura y frondosa melena, las palabras se atropellan una tras otra cuando habla, condenando al más hablador al silencio. Quien la conoce, ya sabe de quién hablamos.
Esta ginecóloga especializada en tratamientos de fertilidad, una vez que atravesamos la puerta de su despacho o penetramos en su círculo social se muestra cariñosa y simpática, y nos desvela una persona orgullosamente humilde y profesional sobre todas las cosas.
La patología de la Dra. Roca es que su corazón es más grande de lo normal y bombea sangre como para un gigante. Siendo ella tan pequeña de estatura, la sangre fluye con una presión endiablada. Así, Manoli presenta una intensidad fuera de lo común en ámbitos como las relaciones sociales y el trabajo, manifestando importantes brotes de sinceridad a sus amigos, familiares, compañeros y pacientes.
Anamnesis
«Nací en Murcia. Cuando tenía cuatro años me fui a vivir a un pueblecito que se llama Roldán, donde estudié EGB. Somos cinco hermanos. Yo soy la cuarta de cuatro chicas y un chico. Soy hija de un camionero y un ama de casa que nos enseñaron el respeto, el honor, el trabajo y el esfuerzo desde el principio.»
«Empecé a coger hierba para criar conejos desde pequeñita para que mi madre los pudiese vender para tener dinero para comer. De ahí salimos, siendo una piña los cinco. Mi padre se iba con el camión y se pasaba fuera uno o dos meses.
«Cuando pasa el tiempo te das cuenta de que tu madre tiene muchísimo mérito. Llegar a tu casa y que tu madre te diera un bocadillo y un vaso de leche es algo importante.
«Mi madre ha sido una mujer con un carácter muy fuerte, muy inteligente. Si hubiese podido estudiar habría sido ministra de economía porque con veinte duros de aquella época sacaba la casa adelante.
«Mi padre era un hombre muy fuerte también, muy auténtico, muy trabajador e innovador. Aprendió a leer y escribir en la mili pero yo siempre lo he definido como un analfabeto sabio. Sabía lo que valía un plato de lentejas.»
«Soy hija de un camionero y de un ama de casa»
Antecedentes
¿Por qué medicina? Por vocación. Siempre he querido ser médico. Siempre he sido una persona abierta y me gusta estar cerca de la gente. De hecho me critican mis amigos porque dicen que soy una persona muy poco discreta. El secreto profesional sí lo mantengo, pero la discreción no es una de mis características. A mí me gusta arañar un poquito en el ser humano y ver qué hay detrás de los trajes de chaqueta, de los monos de trabajo. Siempre me ha gustado mucho la gente. La medicina era lo mío porque pensaba que era como más podía ayudar a la gente. Si volviese a nacer sería médico. Y volvería a ser ginecólogo.
¿Por qué ginecólogo? Cuando hay un problema de guerra en un país, por ejemplo, y hay refugiados, la mujer siempre es quien cuida a los niños y a los ancianos. Yo soy de un medio rural donde ves que las mujeres cuidan de la casa, de los niños, pero ellas se preocupan muy poco por sí mismas. La mujer siempre ha ido por detrás en derechos como el voto, o para abrir una cuenta bancaria sin compañía de un hombre. En el ámbito de la reproducción los hombres podían preservar su fertilidad en caso de cáncer pero había trabas legales para cuestiones relacionadas con las mujeres. Había un desajuste de equilibrio y eso me llamaba la atención. Yo pensé en ayudar al más débil. Aunque la mujer no es la más débil sino la más fuerte de las familias.
¿Tiene un maestro? Sí. Varios. Primero tendría que diferenciar entre maestro y profesor. Un profesor enseña lo que sabe pero un maestro crea en ti la necesidad de saber más. Por eso yo siempre quiero saber más de las pacientes. Pero no sólo médicamente. Yo les pregunto, “qué tal”, “cómo estás”, “¿te ha tocado la lotería?”. La gente tiene un corazoncito, y eso es lo que hay que buscar. Mi maestro fue mi padre, luego fue Pedro Acién, que es un catedrático con el que me formé. Y Rafael Bernabéu que es quien me enseñó prácticamente todo lo que se de la reproducción asistida. Paco Quereda me enseñó ginecología, medicina y humanidad. Y sentido común, que es muy importante. Me decía “hay que ver el pájaro, no te puedes fiar de lo que dicen que le pasa a una paciente. Tienes que verla”. Esos son mis maestros junto con Juanjo Parrilla. Yo quise saber lo que él sabe. Y sigo buscando maestros.
¿Cómo ha cambiado el oficio desde que empezó a ejercer? Uff. Muchísimo. El índice de obsolescencia de la literatura científica en la medicina reproductiva es enorme. Cada semana sale algo en cuanto a atención al paciente, en el enfoque del cuadro clínico, en el juicio diagnóstico, en el tratamiento…
¿Cómo ha cambiado usted la forma de ejercer su oficio? Yo siempre he sido un poco rarita. Siempre me ha gustado hablar con las pacientes y seguirlas. Me decían que era muy tonta, que con el tiempo aprendería que una paciente es una paciente. Han pasado 23 años de profesión y a veces sigo llorando. Todavía sigo necesitando cerrar la puerta y tomar aire entre una paciente y otra para poder seguir adelante. Con lo cual, emocionalmente no he cambiado nada.
¿Qué le gusta de su oficio? Me gusta todo, pero sobretodo me gusta cuando las cosas salen bien. Cuando una mujer está embarazada y el niño nace sano y está bien. Cuando una señora con cáncer se cura. Cuando las mujeres se quedan embarazadas después de muchas dificultades. Me gustan muchas cosas y aparte sufro pero me gusta que no se sientan solas en su camino.
¿Qué no le gusta de su oficio? Ver el sufrimiento. Ni en las mujeres ni en los hombres que vienen con ellas. No me gusta no ser capaz de acompañar a una paciente tanto como considero que es necesario.
«Me gusta que mis pacientes no se sientan solas»
¿Tiene un maestro? Sí. Varios. Primero tendría que diferenciar entre maestro y profesor. Un profesor enseña lo que sabe pero un maestro crea en ti la necesidad de saber más. Por eso yo siempre quiero saber más de las pacientes. Pero no sólo médicamente. Yo les pregunto, “qué tal”, “cómo estás”, “¿te ha tocado la lotería?”. La gente tiene un corazoncito, y eso es lo que hay que buscar. Mi maestro fue mi padre, luego fue Pedro Acién, que es un catedrático con el que me formé. Y Rafael Bernabéu que es quien me enseñó prácticamente todo lo que se de la reproducción asistida. Paco Quereda me enseñó ginecología, medicina y humanidad. Y sentido común, que es muy importante. Me decía “hay que ver el pájaro, no te puedes fiar de lo que dicen que le pasa a una paciente. Tienes que verla”. Esos son mis maestros junto con Juanjo Parrilla. Yo quise saber lo que él sabe. Y sigo buscando maestros.
¿Cómo ha cambiado el oficio desde que empezó a ejercer? Uff. Muchísimo. El índice de obsolescencia de la literatura científica en la medicina reproductiva es enorme. Cada semana sale algo en cuanto a atención al paciente, en el enfoque del cuadro clínico, en el juicio diagnóstico, en el tratamiento…
¿Cómo ha cambiado usted la forma de ejercer su oficio? Yo siempre he sido un poco rarita. Siempre me ha gustado hablar con las pacientes y seguirlas. Me decían que era muy tonta, que con el tiempo aprendería que una paciente es una paciente. Han pasado 23 años de profesión y a veces sigo llorando. Todavía sigo necesitando cerrar la puerta y tomar aire entre una paciente y otra para poder seguir adelante. Con lo cual, emocionalmente no he cambiado nada.
¿Qué le gusta de su oficio? Me gusta todo, pero sobretodo me gusta cuando las cosas salen bien. Cuando una mujer está embarazada y el niño nace sano y está bien. Cuando una señora con cáncer se cura. Cuando las mujeres se quedan embarazadas después de muchas dificultades. Me gustan muchas cosas y aparte sufro pero me gusta que no se sientan solas en su camino.
¿Qué no le gusta de su oficio? Ver el sufrimiento. Ni en las mujeres ni en los hombres que vienen con ellas. No me gusta no ser capaz de acompañar a una paciente tanto como considero que es necesario.
«Me gusta que mis pacientes no se sientan solas»
Revisión por sistemas
SÍNTOMAS GENERALES
¿Ha sido paciente? Claro. Bueno… como ser humano soy bastante impaciente (ríe). Sí he sido paciente. Estoy operada de miopía, soy hipotiroidea, me quedé embarazada, parí…
¿Una parturienta es una paciente? Por supuesto. Y de hecho es una paciente a la que hay que ayudar mucho y estar muy a su lado.
¿Qué se siente al ser paciente? Soy una muy mala paciente, como casi todos los médicos. Llevo fatal el dolor. Estoy totalmente en contra del dolor. Agradeces que el médico tenga en cuenta que eres un ser humano aparte de un paciente con mayor o menor enfermedad.
¿Se cuida? Claro. Mucho. No he fumado nunca. No he fumado porros. Me gusta el vino, pero nada más.
¿Toma muchos medicamentos? La medicina para el tiroides. Antioxidantes, vitaminas y hormonas según he necesitado.
¿A qué le tiene alergia? A la mentira. A la apariencia. A la hipocresía. A la falsedad. A la gente que es mezquina. A la gente que sabe disimular muy bien y es muy difícil cazar su esencia. Se dice que si quieres saber cómo es alguien le des poder. A que se pise a quien se considere que está debajo. A que la gente no sepa que se nace una vez y se muere solo una vez. A la gente que ignora que cuando uno se muere no se lleva el ecógrafo, ni el laboratorio, ni la cámara (señala la cámara de vídeo). A todo eso le tengo alergia desde pequeña.
¿Algo que haya aprendido de su padre y de su madre? De mi padre he aprendido a no callarme, a ser valiente, trabajadora, a ganarme el pan que me como. Aprendí a no dar la razón a la gente si considero que no la tiene. Aprendí que aunque me aten y me encierren siempre seré libre porque podré pensar lo que quiera. Aunque si mi padre supiera cómo han cambiado los fármacos psicotrópicos se daría cuenta que eso ya no es tan cierto. Pero aun así aprendí de él a ser libre. Mi padre ha sido siempre un hombre libre. De las pocas personas que he conocido que ha hecho en su vida literalmente lo que le ha dado la gana. Él decía: “Lo importante no es que uno se “caia” de la bicicleta. Lo importante es que aunque uno se “caia”, se levante rápido y siga dándole a los pedales”. [sic.] De mi madre he aprendido que no hay que rendirse nunca. Siempre hay que buscar soluciones.
«Agradeces que el médico tenga en cuenta que eres un ser humano aparte de un paciente»
¿Qué mal social atajaría con una vacuna si pudiera inventarse? El cáncer. Eso es un mal social porque aparte de que es una catástrofe, cuando la gente está sana tiene muchos amigos. Pero cuando enferma, a veces, aparte de la soledad de la enfermedad, vive otro tipo de soledades. A nadie le gusta acercarse al dolor. Yo haría una vacuna que hiciese que todos tuviésemos salud. Nada de dinero. Con salud puedes tener de todo: trabajo, amigos, enemigos…
¿Le gusta más una fiesta o una cena tranquila? Una fiesta.
¿Ha sido paciente? Claro. Bueno… como ser humano soy bastante impaciente (ríe). Sí he sido paciente. Estoy operada de miopía, soy hipotiroidea, me quedé embarazada, parí…
¿Una parturienta es una paciente? Por supuesto. Y de hecho es una paciente a la que hay que ayudar mucho y estar muy a su lado.
¿Qué se siente al ser paciente? Soy una muy mala paciente, como casi todos los médicos. Llevo fatal el dolor. Estoy totalmente en contra del dolor. Agradeces que el médico tenga en cuenta que eres un ser humano aparte de un paciente con mayor o menor enfermedad.
¿Se cuida? Claro. Mucho. No he fumado nunca. No he fumado porros. Me gusta el vino, pero nada más.
¿Toma muchos medicamentos? La medicina para el tiroides. Antioxidantes, vitaminas y hormonas según he necesitado.
¿A qué le tiene alergia? A la mentira. A la apariencia. A la hipocresía. A la falsedad. A la gente que es mezquina. A la gente que sabe disimular muy bien y es muy difícil cazar su esencia. Se dice que si quieres saber cómo es alguien le des poder. A que se pise a quien se considere que está debajo. A que la gente no sepa que se nace una vez y se muere solo una vez. A la gente que ignora que cuando uno se muere no se lleva el ecógrafo, ni el laboratorio, ni la cámara (señala la cámara de vídeo). A todo eso le tengo alergia desde pequeña.
¿Algo que haya aprendido de su padre y de su madre? De mi padre he aprendido a no callarme, a ser valiente, trabajadora, a ganarme el pan que me como. Aprendí a no dar la razón a la gente si considero que no la tiene. Aprendí que aunque me aten y me encierren siempre seré libre porque podré pensar lo que quiera. Aunque si mi padre supiera cómo han cambiado los fármacos psicotrópicos se daría cuenta que eso ya no es tan cierto. Pero aun así aprendí de él a ser libre. Mi padre ha sido siempre un hombre libre. De las pocas personas que he conocido que ha hecho en su vida literalmente lo que le ha dado la gana. Él decía: “Lo importante no es que uno se “caia” de la bicicleta. Lo importante es que aunque uno se “caia”, se levante rápido y siga dándole a los pedales”. [sic.] De mi madre he aprendido que no hay que rendirse nunca. Siempre hay que buscar soluciones.
¿Qué mal social atajaría con una vacuna si pudiera inventarse? El cáncer. Eso es un mal social porque aparte de que es una catástrofe, cuando la gente está sana tiene muchos amigos. Pero cuando enferma, a veces, aparte de la soledad de la enfermedad, vive otro tipo de soledades. A nadie le gusta acercarse al dolor. Yo haría una vacuna que hiciese que todos tuviésemos salud. Nada de dinero. Con salud puedes tener de todo: trabajo, amigos, enemigos…
¿Le gusta más una fiesta o una cena tranquila? Una fiesta.
Revisión por sistemas
SÍNTOMAS GENERALES
¿Ha sido paciente? Claro. Bueno… como ser humano soy bastante impaciente (ríe). Sí he sido paciente. Estoy operada de miopía, soy hipotiroidea, me quedé embarazada, parí…
¿Una parturienta es una paciente? Por supuesto. Y de hecho es una paciente a la que hay que ayudar mucho y estar muy a su lado.
¿Qué se siente al ser paciente? Soy una muy mala paciente, como casi todos los médicos. Llevo fatal el dolor. Estoy totalmente en contra del dolor. Agradeces que el médico tenga en cuenta que eres un ser humano aparte de un paciente con mayor o menor enfermedad.
¿Se cuida? Claro. Mucho. No he fumado nunca. No he fumado porros. Me gusta el vino, pero nada más.
¿Toma muchos medicamentos? La medicina para el tiroides. Antioxidantes, vitaminas y hormonas según he necesitado.
¿A qué le tiene alergia? A la mentira. A la apariencia. A la hipocresía. A la falsedad. A la gente que es mezquina. A la gente que sabe disimular muy bien y es muy difícil cazar su esencia. Se dice que si quieres saber cómo es alguien le des poder. A que se pise a quien se considere que está debajo. A que la gente no sepa que se nace una vez y se muere solo una vez. A la gente que ignora que cuando uno se muere no se lleva el ecógrafo, ni el laboratorio, ni la cámara (señala la cámara de vídeo). A todo eso le tengo alergia desde pequeña.
¿Algo que haya aprendido de su padre y de su madre? De mi padre he aprendido a no callarme, a ser valiente, trabajadora, a ganarme el pan que me como. Aprendí a no dar la razón a la gente si considero que no la tiene. Aprendí que aunque me aten y me encierren siempre seré libre porque podré pensar lo que quiera. Aunque si mi padre supiera cómo han cambiado los fármacos psicotrópicos se daría cuenta que eso ya no es tan cierto. Pero aun así aprendí de él a ser libre. Mi padre ha sido siempre un hombre libre. De las pocas personas que he conocido que ha hecho en su vida literalmente lo que le ha dado la gana. Él decía: “Lo importante no es que uno se “caia” de la bicicleta. Lo importante es que aunque uno se “caia”, se levante rápido y siga dándole a los pedales”. [sic.] De mi madre he aprendido que no hay que rendirse nunca. Siempre hay que buscar soluciones.
«Agradeces que el médico tenga en cuenta que eres un ser humano aparte de un paciente»
¿Qué mal social atajaría con una vacuna si pudiera inventarse? El cáncer. Eso es un mal social porque aparte de que es una catástrofe, cuando la gente está sana tiene muchos amigos. Pero cuando enferma, a veces, aparte de la soledad de la enfermedad, vive otro tipo de soledades. A nadie le gusta acercarse al dolor. Yo haría una vacuna que hiciese que todos tuviésemos salud. Nada de dinero. Con salud puedes tener de todo: trabajo, amigos, enemigos…
¿Le gusta más una fiesta o una cena tranquila? Una fiesta.
¿Ha sido paciente? Claro. Bueno… como ser humano soy bastante impaciente (ríe). Sí he sido paciente. Estoy operada de miopía, soy hipotiroidea, me quedé embarazada, parí…
¿Una parturienta es una paciente? Por supuesto. Y de hecho es una paciente a la que hay que ayudar mucho y estar muy a su lado.
¿Qué se siente al ser paciente? Soy una muy mala paciente, como casi todos los médicos. Llevo fatal el dolor. Estoy totalmente en contra del dolor. Agradeces que el médico tenga en cuenta que eres un ser humano aparte de un paciente con mayor o menor enfermedad.
¿Se cuida? Claro. Mucho. No he fumado nunca. No he fumado porros. Me gusta el vino, pero nada más.
¿Toma muchos medicamentos? La medicina para el tiroides. Antioxidantes, vitaminas y hormonas según he necesitado.
¿A qué le tiene alergia? A la mentira. A la apariencia. A la hipocresía. A la falsedad. A la gente que es mezquina. A la gente que sabe disimular muy bien y es muy difícil cazar su esencia. Se dice que si quieres saber cómo es alguien le des poder. A que se pise a quien se considere que está debajo. A que la gente no sepa que se nace una vez y se muere solo una vez. A la gente que ignora que cuando uno se muere no se lleva el ecógrafo, ni el laboratorio, ni la cámara (señala la cámara de vídeo). A todo eso le tengo alergia desde pequeña.
¿Algo que haya aprendido de su padre y de su madre? De mi padre he aprendido a no callarme, a ser valiente, trabajadora, a ganarme el pan que me como. Aprendí a no dar la razón a la gente si considero que no la tiene. Aprendí que aunque me aten y me encierren siempre seré libre porque podré pensar lo que quiera. Aunque si mi padre supiera cómo han cambiado los fármacos psicotrópicos se daría cuenta que eso ya no es tan cierto. Pero aun así aprendí de él a ser libre. Mi padre ha sido siempre un hombre libre. De las pocas personas que he conocido que ha hecho en su vida literalmente lo que le ha dado la gana. Él decía: “Lo importante no es que uno se “caia” de la bicicleta. Lo importante es que aunque uno se “caia”, se levante rápido y siga dándole a los pedales”. [sic.] De mi madre he aprendido que no hay que rendirse nunca. Siempre hay que buscar soluciones.
¿Qué mal social atajaría con una vacuna si pudiera inventarse? El cáncer. Eso es un mal social porque aparte de que es una catástrofe, cuando la gente está sana tiene muchos amigos. Pero cuando enferma, a veces, aparte de la soledad de la enfermedad, vive otro tipo de soledades. A nadie le gusta acercarse al dolor. Yo haría una vacuna que hiciese que todos tuviésemos salud. Nada de dinero. Con salud puedes tener de todo: trabajo, amigos, enemigos…
¿Le gusta más una fiesta o una cena tranquila? Una fiesta.
SISTEMA RESPIRATORIO
¿Un lugar donde respirar hondo? Las moreras. El sitio donde me crié. Un trocito de Roldán. Tenía palmeras, había unas moreras que casi no conocí porque las cortaron. Una casa de campo con cinco vecinos que éramos todos como de la familia. Había maizales, recorríamos todo por allí en bicicleta. Ya no está como estaba pero siempre que quiero respirar, lavar mi sangre y que tenga más oxígeno, pienso en las moreras.
¿Una experiencia que le haya cortado la respiración? Diagnosticar el cáncer de mi cuñada, que para mí es como una hermana.
SISTEMA CARDIOVASCULAR
¿Qué le dicta su corazón? Tratar a todo el mundo como gusta que me traten a mí.
¿Suele obedecer? Sí.
¿Es de sangre espesa o le hierve fácilmente? (Ríe)Woody Allen, cuando le decían que estuviera tranquilo contestaba: “Yo es que estoy mejor nervioso”. Pues lo mismo me pasa a mí. Me hierve la sangre.
«Si volviese a nacer, sería médico. Y ginecóloga.»
SISTEMA RESPIRATORIO
¿Un lugar donde respirar hondo? Las moreras. El sitio donde me crié. Un trocito de Roldán. Tenía palmeras, había unas moreras que casi no conocí porque las cortaron. Una casa de campo con cinco vecinos que éramos todos como de la familia. Había maizales, recorríamos todo por allí en bicicleta. Ya no está como estaba pero siempre que quiero respirar, lavar mi sangre y que tenga más oxígeno, pienso en las moreras.
¿Una experiencia que le haya cortado la respiración? Diagnosticar el cáncer de mi cuñada, que para mí es como una hermana.
SISTEMA CARDIOVASCULAR
¿Qué le dicta su corazón? Tratar a todo el mundo como gusta que me traten a mí.
¿Suele obedecer? Sí.
¿Es de sangre espesa o le hierve fácilmente? (Ríe)Woody Allen, cuando le decían que estuviera tranquilo contestaba: “Yo es que estoy mejor nervioso”. Pues lo mismo me pasa a mí. Me hierve la sangre.
«Si volviese a nacer, sería médico. Y ginecóloga.»
SISTEMA NEUROLÓGICO
¿Qué le dicta su cerebro? Mi cerebro me dice que me rodee de gente que sabe más que yo. Pero también me dice que entre un inteligente y una buena persona, me quede con el bueno.
¿Suele obedecer? Si.
¿Se cultiva más allá de la medicina? Canto. Escribo. Leo. Me rodeo de gente que sabe mucho. Viajo…
¿Un artista? Rocío Jurado. Rafael. Me encanta la canción española. Escucho música de todo tipo… Melendi, Malú… Me gusta mucho la música clásica. Eso queda bien decirlo y a veces es mentira pero a mí me gusta mucho. Pero claro, viví doce años con una persona que solamente ponía música clásica y acabé bailando la música del telediario.
«Mi cerebro me dice que entre alguien bueno y alguien inteligente, me quede con el bueno.»
SISTEMA NEUROLÓGICO
¿Qué le dicta su cerebro? Mi cerebro me dice que me rodee de gente que sabe más que yo. Pero también me dice que entre un inteligente y una buena persona, me quede con el bueno.
¿Suele obedecer? Si.
¿Se cultiva más allá de la medicina? Canto. Escribo. Leo. Me rodeo de gente que sabe mucho. Viajo…
¿Un artista? Rocío Jurado. Rafael. Me encanta la canción española. Escucho música de todo tipo… Melendi, Malú… Me gusta mucho la música clásica. Eso queda bien decirlo y a veces es mentira pero a mí me gusta mucho. Pero claro, viví doce años con una persona que solamente ponía música clásica y acabé bailando la música del telediario.
«Mi cerebro me dice que entre alguien bueno y alguien inteligente, me quede con el bueno.»
SISTEMA DIGESTIVO
¿Le gusta comer o saciar el hambre? Me encanta comer.
¿Cocina? Sí. Mi madre nos enseñó a cocinar. Nos enseñó a abrir el frigorífico y hacer de comer con lo que hubiese dentro. Mis hermanas cocinan mucho mejor. Yo no tengo mucho tiempo para cocinar con mi trabajo.
¿Una comida favorita? El arroz y los huevos fritos con patatas.
¿Y de beber? Vino tinto. Porque el agua para mí es un líquido de uso externo. (Ríe.)
«De mi madre he aprendido a no rendirme.»
SISTEMA ENDOCRINO
Si hablamos de hormonas, hablemos de la juventud. ¿Qué síntomas le transmiten las nuevas generaciones? La mujer de hoy en día, desde mi disciplina, no busca un anticonceptivo solamente para no tener niños, sino para tener menos cantidad de regla, menos dolor. La gente ya sabe que un anticonceptivo en dosis baja previene cáncer de ovario, de endometrio. La gente en peri menopausia ya quiere un tratamiento que le disminuya su dolencia. Las mujeres buscan mayor satisfacción sexual. Temas como la sequedad vaginal antes eran tabú y ahora ya vienen buscando soluciones. Buscan salud, calidad de vida. En mi disciplina y en todas.
¿Fue usted joven o lo sigue siendo? Siempre seré joven. La edad es un estado de ánimo. Se lleva en el alma. Además uno tiene que morirse habiendo vivido mucho, hecho polvo, habiendo reído y llorado. Pero habiéndose gastado. No se va a morir uno “niquelao”! Rie.
¿Fue buena? Era una niña muy buena. Responsable. Obediente. Limpiaba mi casa. Me han educado dos personas pobres pero sabias.
¿Tiene hijos? ¿Son buenos? Tengo dos. Aunque he parido uno. Son lo mejor de mi vida. Son buenos críos. Uno tiene 15 años. No es mi hijo, tiene su madre pero es hijo de mi ex marido y para mí es como si fuera mi hijo. Es un crío noble y bueno. El pequeño, Alejandro, que es el mío, es un poco más revoltoso, como yo, pero tiene buen corazón.
¿Qué le gustaría que sus hijos dijeran que aprendieron de usted? A mí lo que digan me da igual. Yo lo único que quiero es no salir en su psicoanálisis. Que hablen lo menos posible. Y si hablan, que digan que tuvieron una madre divertida, una buena madre que les cuidó y que estaba cuando ellos la necesitaron.
«Es muy importante hacerse revisiones. Ese pudor a las exploraciones debe eliminarse.»
SISTEMA GENITOURINARIO
¿Algo que declarar? Es el mío. Ahí no tengo ninguna deficiencia… (ríe). Yo pienso que es un sistema importantísimo para que la gente viva más feliz. Provoca satisfacción sexual y tiene que estar sano para poder tener hijos. Con la edad aumenta mucho la incidencia del cáncer, así que la gente debería ser consciente de que es muy importante hacerse revisiones. Ese pudor a las exploraciones debe eliminarse.
SISTEMA DIGESTIVO
¿Le gusta comer o saciar el hambre? Me encanta comer.
¿Cocina? Sí. Mi madre nos enseñó a cocinar. Nos enseñó a abrir el frigorífico y hacer de comer con lo que hubiese dentro. Mis hermanas cocinan mucho mejor. Yo no tengo mucho tiempo para cocinar con mi trabajo.
¿Una comida favorita? El arroz y los huevos fritos con patatas.
¿Y de beber? Vino tinto. Porque el agua para mí es un líquido de uso externo. (Ríe.)
«De mi madre he aprendido a no rendirme.»
SISTEMA ENDOCRINO
Si hablamos de hormonas, hablemos de la juventud. ¿Qué síntomas le transmiten las nuevas generaciones? La mujer de hoy en día, desde mi disciplina, no busca un anticonceptivo solamente para no tener niños, sino para tener menos cantidad de regla, menos dolor. La gente ya sabe que un anticonceptivo en dosis baja previene cáncer de ovario, de endometrio. La gente en peri menopausia ya quiere un tratamiento que le disminuya su dolencia. Las mujeres buscan mayor satisfacción sexual. Temas como la sequedad vaginal antes eran tabú y ahora ya vienen buscando soluciones. Buscan salud, calidad de vida. En mi disciplina y en todas.
¿Fue usted joven o lo sigue siendo? Siempre seré joven. La edad es un estado de ánimo. Se lleva en el alma. Además uno tiene que morirse habiendo vivido mucho, hecho polvo, habiendo reído y llorado. Pero habiéndose gastado. No se va a morir uno “niquelao”! Rie.
¿Fue buena? Era una niña muy buena. Responsable. Obediente. Limpiaba mi casa. Me han educado dos personas pobres pero sabias.
¿Tiene hijos? ¿Son buenos? Tengo dos. Aunque he parido uno. Son lo mejor de mi vida. Son buenos críos. Uno tiene 15 años. No es mi hijo, tiene su madre pero es hijo de mi ex marido y para mí es como si fuera mi hijo. Es un crío noble y bueno. El pequeño, Alejandro, que es el mío, es un poco más revoltoso, como yo, pero tiene buen corazón.
¿Qué le gustaría que sus hijos dijeran que aprendieron de usted? A mí lo que digan me da igual. Yo lo único que quiero es no salir en su psicoanálisis. Que hablen lo menos posible. Y si hablan, que digan que tuvieron una madre divertida, una buena madre que les cuidó y que estaba cuando ellos la necesitaron.
«Es muy importante hacerse revisiones. Ese pudor a las exploraciones debe eliminarse.»
SISTEMA GENITOURINARIO
¿Algo que declarar? Es el mío. Ahí no tengo ninguna deficiencia… (ríe). Yo pienso que es un sistema importantísimo para que la gente viva más feliz. Provoca satisfacción sexual y tiene que estar sano para poder tener hijos. Con la edad aumenta mucho la incidencia del cáncer, así que la gente debería ser consciente de que es muy importante hacerse revisiones. Ese pudor a las exploraciones debe eliminarse.