El Dr. Modesto Ferrer (colegiado 30/3001698), de la Unidad de la Espalda del Hospital Mesa del Castillo, está especializado en tratamiento de dolencias de espalda a través del Método Kovacs.

Basado en Intervenciones Neuroreflejoterápicas (NTR), con este método se implanta muy superficialmente un material quirúrgico sobre terminaciones nerviosas de la piel, sin tener que abrirla ni anestesiar al paciente, por lo que no necesita hospitalización, para desencadenar efectos que mejoren las dolencias de espalda.

¿Es común el dolor de espalda?

La mayor parte de la población es probable que tenga dolor de espalda en algún momento de su vida. Generalmente no se debe a nada grave y en la mayor parte de las personas desaparece en poco tiempo.

¿A qué se debe el dolor de espalda?

La mayoría se deben a un mal funcionamiento de la musculatura de la espalda. Otras veces, pueden ser debidas las lesiones estructurales de los componentes de la columna vertebral, como fisuras, protrusiones o hernias del disco intervertebral o desgaste de la articulación facetaria. En algunos casos, es imposible determinar con exactitud cuál es el origen del dolor. En otros casos, mucho menos frecuentes, el dolor es una manifestación de una enfermedad general, como un cáncer o una infección.

¿Cómo se previene el dolor de espalda?

Para evitar el dolor de espalda es recomendable hacer ejercicio o, en todo caso, mantenerse físicamente activo, evitar el sedentarismo, adoptar una actitud mental valiente ante el dolor y cumplir las normas de higiene postural destinadas a realizar las actividades cotidianas de forma que la espalda soporte la menor carga posible.

¿Qué tratamiento se realiza en esta unidad de espalda?

Utilizamos el Método Kovacs basado en Intervenciones Neuroreflejoterápicas (NTR). En estas intervenciones se implanta muy superficialmente un material quirúrgico sobre terminaciones nerviosas de la piel, sin tener que abrirla ni anestesiar al paciente, por lo que no necesita hospitalización, para desencadenar efectos que mejoren su dolencia.

Este material está diseñado y fabricado para poder implantarse y permanecer en la piel el tiempo suficiente para ser eficaz. Todo el material es completamente estéril y de un solo uso. Por su tamaño y diseño, su implantación es prácticamente indolora.   Existen dos tipos de material:

  • Grapas quirúrgicas: Muy utilizadas en cirugía, se introducen unos 2 mm. en la piel de la espalda con una suturadora quirúrgica y se extraen de forma indolora al cabo de 90 días con una pinza especial.

  • Punzones dérmicos: Minúsculos arpones de 2 mm. de longitud cuya punta se introduce 1 mm. en la piel de la oreja con un pequeño inyector. Se caen por sí mismos a los pocos días.

Es necesario consultar urgentemente a un médico, si se produce uno cualquiera de estos supuestos:

  • El dolor se acompaña de pérdida de control de los esfínteres, o de pérdida de sensibilidad «en silla de montar» -en la zona genital y en la parte interna de la porción superior de los muslos-.

  • Aparece pérdida de fuerza en brazos o piernas, con o sin dolor.

  • Aparece fiebre u otros signos de enfermedad general.

En principio, no es necesario consultar a un médico si se trata de un nuevo episodio de dolor en el concurran todas estas circunstancias:

  • Su localización y características son idénticas a las de episodios previamente diagnosticados y tratados por un médico,.

  • Aparece por un desencadenante claro y habitual.

  • Es poco intenso y mejora o desaparece en pocos días con el tratamiento habitual previamente establecido por un médico.

Sin embargo, en la duda, es siempre mejor consultar, aún cuando no sea necesario.

¿Conviene consultar al médico por un dolor de espalda? ¿En qué casos? Es necesario consultar a un médico en cualquiera de estos supuestos:

  • Si es la primera vez que duele la espalda, para determinar el origen del dolor y confirmar que se trata de una afección «mecánica», es decir, de una afección de la espalda y no de una enfermedad general que se manifiesta en ella.

  • Si las características del dolor varían en relación a episodios anteriores, para confirmar que sigue tratándose de una afección mecánica.

  • Si el dolor se extiende al brazo o la pierna, o se acompaña de pérdida de sensibilidad o fuerza, para determinar si se debe a la compresión de un nervio.

  • Si un episodio de dolor es especialmente intenso o persiste una semana, para establecer el tratamiento necesario.