Historias Clínicas
Historias Clínicas

«He querido ser médico siempre. Y he perseguido ese sueño hasta que lo he conseguido.»

«He querido ser médico siempre. Y he perseguido ese sueño hasta que lo he conseguido.»

Dr. José Ignacio Gil Izquiero – Historias Clínicas

  • Identificación del paciente

Nombre: José Ignacio Gil Izquierdo.

Edad: 43

Lugar de nacimiento: Murcia.

Estado civil: Casado.

Profesión / Especialidad: Médico. Radiólogo especializado en mama.

Puesto: Adjunto del servicio de radiodiagnóstico en el Área de Mama del Hospital Morales Meseguer. Médico especialista en radiología de mama en la Unidad de Mama del Hospital Mesa del Castillo.

Dr. José Ignacio Gil Izquiero – Historias Clínicas

  • Identificación del paciente

Nombre: José Ignacio Gil Izquierdo.

Edad: 43

Lugar de nacimiento: Murcia.

Estado civil: Casado.

Profesión / Especialidad: Médico. Radiólogo especializado en mama.

Puesto: Adjunto del servicio de radiodiagnóstico en el Área de Mama del Hospital Morales Meseguer. Médico especialista en radiología de mama en la Unidad de Mama del Hospital Mesa del Castillo.

  • Motivo de consulta

Nos cuenta el Dr. Gil Izquierdo que no recuerda cuándo le brotó el deseo de ser médico. Al parecer, José Ignacio, un joven radiólogo especializado en patología mamaria, nació siendo médico, dispuesto a dedicar su vida a ayudar al enfermo desde la ciencia y la tecnología. Sólo le faltaban un par de décadas para obtener el título y cumplir con dicha misión, un destino que al parecer ya estaba escrito en su código genético.

En el camino hacia su vocación, el Dr. Gil Izquierdo obtuvo el título de profesor de piano, también por herencia genética, esta vez de su madre. Y también de paso, se lo pasó en grande viviendo en el centro de Murcia y más tarde se convirtió en marido y padre de dos hijas que son la otra cara de su moneda vital.

  • Anamnesis

«Nací en Murcia, en el seno de una familia media. Mi padre, empresario, y mi madre, ama de casa con un título de profesora de piano. En ese contexto, junto con un hermano un poco mayor que yo, me he ido desarrollando en pleno centro de Murcia. Para mí el centro de Murcia es un sitio de vitalidad continua y donde he desarrollado mi vida en una infancia completamente feliz. Estudié en Maristas y después entré en la Facultad de Medicina. Siguiendo la tradición de mi madre tengo el título de profesor de piano y me encanta la música. Me casé y tengo dos niñas de 7 y 5 años. Mi mujer es enfermera.»

«Tengo una maestra. Mi compañera de trabajo de todos los días»

  • Antecedentes

¿Por qué medicina?
Si preguntas a mis padres, dirán que desde muy pequeño yo decía que quería ser médico. Yo sólo recuerdo esa vocación por cuidar a los demás. Siempre he tenido la intención de atender, de estar cerca de las personas, si no para curar su sufrimiento, por lo menos para hacérselo más leve. La medicina para mí es vocacional. He querido ser médico siempre. Y he perseguido ese sueño hasta que lo he conseguido.

¿Por qué radiología?
Yo empecé haciendo una residencia casi completa de Cuidados Intensivos. Por circunstancias médicas tuve que cambiar de especialidad y elegí radiología, es posible que por no tener otra opción, dadas mis condiciones médicas. Pero le he sacado el partido a esta especialidad y me he centrado en un área concreta que es la radiología de mama. Aquí hay una cercanía muy importante con la paciente, con el proceso de enfermedad y con la relación médico paciente que tanto me gusta. Creo que gran parte de las soluciones médicas está en esa interacción cercana con los pacientes.

¿Tiene un maestro?
Tengo una maestra. Mi compañera de trabajo de todos los días, la Dra. María Martínez, que me sedujo en la radiología de mama. Como médico, no tengo ningún antecedente en la familia, pero si me centro en la radiología, confieso que es mi compañera la que me introdujo en este mundo que tanto me apasiona actualmente.

¿Cómo ha cambiado el oficio desde que empezó a ejercer?
Cuando empecé a ejercer, las cosas eran menos tecnificadas, la medicina era más intuitiva. Actualmente ofrece más seguridad. Hay una exigencia muy importante por contar con una seguridad casi completa acerca del tratamiento de un paciente. Cada vez tenemos que ser más precisos y la radiología ofrece esto precisamente. Aunque se ha perdido un poco la parte intuitiva, artística de la medicina. A mí me gusta conservar esa sensación de predecir o diagnosticar sin tener que fundamentarme al 100 con los elementos técnicos.

Dr. José Ignacio Gil Izquiero - Historias Clínicas
Dr. José Ignacio Gil Izquiero - Historias Clínicas
  • Motivo de consulta

Nos cuenta el Dr. Gil Izquierdo que no recuerda cuándo le brotó el deseo de ser médico. Al parecer, José Ignacio, un joven radiólogo especializado en patología mamaria, nació siendo médico, dispuesto a dedicar su vida a ayudar al enfermo desde la ciencia y la tecnología. Sólo le faltaban un par de décadas para obtener el título y cumplir con dicha misión, un destino que al parecer ya estaba escrito en su código genético.

En el camino hacia su vocación, el Dr. Gil Izquierdo obtuvo el título de profesor de piano, también por herencia genética, esta vez de su madre. Y también de paso, se lo pasó en grande viviendo en el centro de Murcia y más tarde se convirtió en marido y padre de dos hijas que son la otra cara de su moneda vital.

  • Anamnesis

«Nací en Murcia, en el seno de una familia media. Mi padre, empresario, y mi madre, ama de casa con un título de profesora de piano. En ese contexto, junto con un hermano un poco mayor que yo, me he ido desarrollando en pleno centro de Murcia. Para mí el centro de Murcia es un sitio de vitalidad continua y donde he desarrollado mi vida en una infancia completamente feliz. Estudié en Maristas y después entré en la Facultad de Medicina. Siguiendo la tradición de mi madre tengo el título de profesor de piano y me encanta la música. Me casé y tengo dos niñas de 7 y 5 años. Mi mujer es enfermera.»

«Tengo una maestra. Mi compañera de trabajo de todos los días»

  • Antecedentes

¿Por qué medicina?
Si preguntas a mis padres, dirán que desde muy pequeño yo decía que quería ser médico. Yo sólo recuerdo esa vocación por cuidar a los demás. Siempre he tenido la intención de atender, de estar cerca de las personas, si no para curar su sufrimiento, por lo menos para hacérselo más leve. La medicina para mí es vocacional. He querido ser médico siempre. Y he perseguido ese sueño hasta que lo he conseguido.

¿Por qué radiología?
Yo empecé haciendo una residencia casi completa de Cuidados Intensivos. Por circunstancias médicas tuve que cambiar de especialidad y elegí radiología, es posible que por no tener otra opción, dadas mis condiciones médicas. Pero le he sacado el partido a esta especialidad y me he centrado en un área concreta que es la radiología de mama. Aquí hay una cercanía muy importante con la paciente, con el proceso de enfermedad y con la relación médico paciente que tanto me gusta. Creo que gran parte de las soluciones médicas está en esa interacción cercana con los pacientes.

¿Tiene un maestro?
Tengo una maestra. Mi compañera de trabajo de todos los días, la Dra. María Martínez, que me sedujo en la radiología de mama. Como médico, no tengo ningún antecedente en la familia, pero si me centro en la radiología, confieso que es mi compañera la que me introdujo en este mundo que tanto me apasiona actualmente.

¿Cómo ha cambiado el oficio desde que empezó a ejercer?
Cuando empecé a ejercer, las cosas eran menos tecnificadas, la medicina era más intuitiva. Actualmente ofrece más seguridad. Hay una exigencia muy importante por contar con una seguridad casi completa acerca del tratamiento de un paciente. Cada vez tenemos que ser más precisos y la radiología ofrece esto precisamente. Aunque se ha perdido un poco la parte intuitiva, artística de la medicina. A mí me gusta conservar esa sensación de predecir o diagnosticar sin tener que fundamentarme al 100 con los elementos técnicos.

Dr. José Ignacio Gil Izquiero - Historias Clínicas
Dr. José Ignacio Gil Izquiero - Historias Clínicas

¿Cómo ha cambiado usted la forma de ejercer su oficio?
Una gran culpa del cambio está basada en lo que vas estudiando y te vas actualizando. Pero otra parte muy importante está en lo que te enseñan las pacientes. Te enseñan mucho, entre otras cosas que ellas también saben, sobretodo en cuanto a lo que les pasa. Es muy importante atender mucho a lo que te cuentan porque te dan muchas pistas para llegar a un diagnóstico. Cada vez aprendes más a escucharlas. A veces son ellas las que insistiendo sobre un problema que no arroja la prueba radiológica te hacen seguir buscando y al final das con la clave.

¿Qué le gusta de su oficio?
Me gusta todo. Pero lo que más me gusta es la relación médico paciente.

¿Qué no le gusta de su oficio?
No creo que haya nada que no me guste, sinceramente. Cuando tienes una dedicación tan plena y te gusta tanto esta profesión no hay nada negativo.

«Lo que más me gusta de mi labor es la relación médico paciente.»

¿Cómo ha cambiado usted la forma de ejercer su oficio?
Una gran culpa del cambio está basada en lo que vas estudiando y te vas actualizando. Pero otra parte muy importante está en lo que te enseñan las pacientes. Te enseñan mucho, entre otras cosas que ellas también saben, sobretodo en cuanto a lo que les pasa. Es muy importante atender mucho a lo que te cuentan porque te dan muchas pistas para llegar a un diagnóstico. Cada vez aprendes más a escucharlas. A veces son ellas las que insistiendo sobre un problema que no arroja la prueba radiológica te hacen seguir buscando y al final das con la clave.

¿Qué le gusta de su oficio?
Me gusta todo. Pero lo que más me gusta es la relación médico paciente.

¿Qué no le gusta de su oficio?
No creo que haya nada que no me guste, sinceramente. Cuando tienes una dedicación tan plena y te gusta tanto esta profesión no hay nada negativo.

«Lo que más me gusta de mi labor es la relación médico paciente.»

  • Revisión por sistemas

Dr. José Ignacio Gil Izquiero - Historias Clínicas

SÍNTOMAS GENERALES

¿Ha sido paciente? ¿Qué se siente?
Sí. Te sientes desvalido, desprotegido y muy vulnerable. A mí me ha servido mucho a situarme en el papel del paciente como médico, a ponerme del otro lado de la mesa, en la camilla. Estás desvalido porque no sabes ni dónde estás y no es nada agradable.

¿Se cuida?
Lo intento. Intento llevar una dieta sana, hacer ejercicio.

¿Toma muchos medicamentos?
No. Exclusivamente tomo los que necesito, aunque ya se sabe que los médicos no somos muy buenos pacientes.

¿A qué le tiene alergia?
En este mundo le tengo alergia a la desigualdad. A la situación en la que estamos y vivimos en la que hay tantas diferencias y en las que los que tienen mucho tiran hacia arriba y lo que tienen poco no llegan. Creo que podemos vivir en mayor igualdad. Y el que por propios méritos lo merezca, pues diferenciarse del resto. Pero por méritos propios.

¿Algo que haya aprendido de su padre/madre?
De mi padre, a ser paciente. A no enfrentarme a los problemas tan de golpe porque pueden ser una pared muy alta. He aprendido a buscar un camino para rodearlo con paciencia. Yendo de frente puedes tener mucha fuerza y romper las cosas, pero no siempre. Hay que ser más hábil y encontrar el resquicio.

De mi madre he aprendido sobre todo a ser resignado en algunos momentos. En el sentido de querer mucho y dar cariño y amor y no esperar tanto a cambio. En eso ella, como buena madre, es una maestra.

¿Qué mal social atajaría con una vacuna si pudiera inventarse?
El olvido. Creo que olvidar hasta cierto punto está bien, pero es importante no olvidar ciertas cosas que pueden ser útiles en el futuro. No pienso que vivir en el pasado sirva para nada. Soy una persona que relativiza mucho los problemas y me gusta pasar página rápidamente. Pero hay ciertas cosas de las experiencias anteriores que no se deben olvidar porque te van a ayudar en el futuro.

¿Le gusta más una fiesta o una cena tranquila?
Depende. Hay momentos para cenas tranquilas y momentos para fiestas. En ambas situaciones te lo puedes pasar muy bien de forma diferente.

  • Revisión por sistemas

Dr. José Ignacio Gil Izquiero - Historias Clínicas

SÍNTOMAS GENERALES

¿Ha sido paciente? ¿Qué se siente?
Sí. Te sientes desvalido, desprotegido y muy vulnerable. A mí me ha servido mucho a situarme en el papel del paciente como médico, a ponerme del otro lado de la mesa, en la camilla. Estás desvalido porque no sabes ni dónde estás y no es nada agradable.

¿Se cuida?
Lo intento. Intento llevar una dieta sana, hacer ejercicio.

¿Toma muchos medicamentos?
No. Exclusivamente tomo los que necesito, aunque ya se sabe que los médicos no somos muy buenos pacientes.

¿A qué le tiene alergia?
En este mundo le tengo alergia a la desigualdad. A la situación en la que estamos y vivimos en la que hay tantas diferencias y en las que los que tienen mucho tiran hacia arriba y lo que tienen poco no llegan. Creo que podemos vivir en mayor igualdad. Y el que por propios méritos lo merezca, pues diferenciarse del resto. Pero por méritos propios.

¿Algo que haya aprendido de su padre/madre?
De mi padre, a ser paciente. A no enfrentarme a los problemas tan de golpe porque pueden ser una pared muy alta. He aprendido a buscar un camino para rodearlo con paciencia. Yendo de frente puedes tener mucha fuerza y romper las cosas, pero no siempre. Hay que ser más hábil y encontrar el resquicio.

De mi madre he aprendido sobre todo a ser resignado en algunos momentos. En el sentido de querer mucho y dar cariño y amor y no esperar tanto a cambio. En eso ella, como buena madre, es una maestra.

¿Qué mal social atajaría con una vacuna si pudiera inventarse?
El olvido. Creo que olvidar hasta cierto punto está bien, pero es importante no olvidar ciertas cosas que pueden ser útiles en el futuro. No pienso que vivir en el pasado sirva para nada. Soy una persona que relativiza mucho los problemas y me gusta pasar página rápidamente. Pero hay ciertas cosas de las experiencias anteriores que no se deben olvidar porque te van a ayudar en el futuro.

¿Le gusta más una fiesta o una cena tranquila?
Depende. Hay momentos para cenas tranquilas y momentos para fiestas. En ambas situaciones te lo puedes pasar muy bien de forma diferente.

«Mi corazón me dicta que no olvide nunca que soy médico. Que cuando esta intuición desaparezca, no me importe aparcar la bata y dedicarme a otra cosa. «

«Mi corazón me dicta que no olvide nunca que soy médico. Que cuando esta intuición desaparezca, no me importe aparcar la bata y dedicarme a otra cosa. «

SISTEMA RESPIRATORIO

¿Un lugar donde respirar hondo?
El mar. La orilla del mar. La playa. Me gusta el Mediterráneo. Aunque de vez en cuando me gusta también tirar hacia arriba, hacia el Pirineo, donde también se respira muy bien. Pero si tuviera que elegir, diría 80% playa 20% montaña.

¿Una experiencia que le haya cortado la respiración?
Ha habido más de una. Una de las experiencias que más impresión de me ha dado fue cuando acabé mi carrera médica. Hicimos el acto de entrega de becas y de graduación. Yo era delegado de curso, lo fui durante los seis años de mi carrera por aclamación popular, digamos. Me tocó despedir, hablar y comentar. Ante un salón de actos de 800 personas se me cortó la respiración. Eran muchos recuerdos, muchas cosas que no era capaz de decir y en ese momento, yo que soy una persona que creo que no tengo muchos problemas para hablar en público, me quedé prácticamente sin respiración.

SISTEMA NEUROLÓGICO

¿Qué le dicta su cerebro?
Que no me pare. Porque si me paro, él se para y probablemente me volveré medio tonto. Que no pare de sentir la inquietud de hacer cosas.

¿Suele obedecer?
Lo intento. El cerebro es vago, como el cuerpo, y tiene tendencia a dejarse llevar. Hay que decirle a la máquina, vamos.

¿Se cultiva más allá de la medicina?
Me gusta leer, escuchar música, viajar. No sólo hay medicina. Sin el resto del ‘yang’, el ying no funciona.

¿Qué le gusta. Música. Cine. Literatura…?
Javier Sierra o María Dueñas son buenos autores. Y de música, como soy pianista me gusta Tchaikovski, Chopin, Rachmaninov. Pero me encanta cualquier tipo de música del tipo que sea. Lo mismo me gusta Maldita Nerea que escucho a Tchaikovsky.

«Lo mismo me gusta Maldita Nerea que escucho a Tchaikovsky.»

SISTEMA RESPIRATORIO

¿Un lugar donde respirar hondo?
El mar. La orilla del mar. La playa. Me gusta el Mediterráneo. Aunque de vez en cuando me gusta también tirar hacia arriba, hacia el Pirineo, donde también se respira muy bien. Pero si tuviera que elegir, diría 80% playa 20% montaña.

¿Una experiencia que le haya cortado la respiración?
Ha habido más de una. Una de las experiencias que más impresión de me ha dado fue cuando acabé mi carrera médica. Hicimos el acto de entrega de becas y de graduación. Yo era delegado de curso, lo fui durante los seis años de mi carrera por aclamación popular, digamos. Me tocó despedir, hablar y comentar. Ante un salón de actos de 800 personas se me cortó la respiración. Eran muchos recuerdos, muchas cosas que no era capaz de decir y en ese momento, yo que soy una persona que creo que no tengo muchos problemas para hablar en público, me quedé prácticamente sin respiración.

SISTEMA NEUROLÓGICO

¿Qué le dicta su cerebro?
Que no me pare. Porque si me paro, él se para y probablemente me volveré medio tonto. Que no pare de sentir la inquietud de hacer cosas.

¿Suele obedecer?
Lo intento. El cerebro es vago, como el cuerpo, y tiene tendencia a dejarse llevar. Hay que decirle a la máquina, vamos.

¿Se cultiva más allá de la medicina?
Me gusta leer, escuchar música, viajar. No sólo hay medicina. Sin el resto del ‘yang’, el ying no funciona.

¿Qué le gusta. Música. Cine. Literatura…?
Javier Sierra o María Dueñas son buenos autores. Y de música, como soy pianista me gusta Tchaikovski, Chopin, Rachmaninov. Pero me encanta cualquier tipo de música del tipo que sea. Lo mismo me gusta Maldita Nerea que escucho a Tchaikovsky.

«Lo mismo me gusta Maldita Nerea que escucho a Tchaikovsky.»

SISTEMA CARDIOVASCULAR

¿Qué le dicta su corazón?
Mi corazón me dicta que no olvide nunca que soy médico. Que cuando esta intuición o ese gusanillo desaparezca, que no me importe decir, aparco la bata y me dedico a otra cosa.

También me dicta que tengo una mujer y unas hijas y que son una parte tan o más importante de mi vida y que son motivo y motor de mi vida.

¿Suele obedecer?
No me queda más remedio. (Risas)

¿Es de sangre espesa o le hierve fácilmente?
Me hierve con facilidad pero he aprendido a taparla para que no se salga. Me hierve con facilidad, como con las injusticias. Pero he sabido atemperar el fuego.

«Me gusta leer, escuchar música, viajar. No sólo hay medicina.»

Dr. José Ignacio Gil Izquiero - Historias Clínicas

SISTEMA CARDIOVASCULAR

¿Qué le dicta su corazón?
Mi corazón me dicta que no olvide nunca que soy médico. Que cuando esta intuición o ese gusanillo desaparezca, que no me importe decir, aparco la bata y me dedico a otra cosa.

También me dicta que tengo una mujer y unas hijas y que son una parte tan o más importante de mi vida y que son motivo y motor de mi vida.

¿Suele obedecer?
No me queda más remedio. (Risas)

¿Es de sangre espesa o le hierve fácilmente?
Me hierve con facilidad pero he aprendido a taparla para que no se salga. Me hierve con facilidad, como con las injusticias. Pero he sabido atemperar el fuego.

«Me gusta leer, escuchar música, viajar. No sólo hay medicina.»

Dr. José Ignacio Gil Izquiero - Historias Clínicas

SISTEMA DIGESTIVO

¿Le gusta comer o saciar el hambre?

Me gusta comer. Me gustaba más antes. Ahora, desde que me cuido más, disfruto de la comida sin tener que excederme. Me gusta disfrutar de los sabores más que comer mucha cantidad.

¿Cocina? ¿Una comida favorita?

No. Me gusta la cocina pero hay que ponerse y siempre es tarde o los fines de semana a veces prefiero dedicárselo a otras cosas. Me gusta la comida de cuchara. El arroz y habichuelas, como buen murciano.

¿Y de beber?

Me encanta el vino. Me gusta la cerveza, pero me encanta el vino. Si es de la tierra, casi mejor.

«Me gusta la comida de cuchara. El arroz y habichuelas, como buen murciano.»

Dr. José Ignacio Gil Izquiero - Historias Clínicas

SISTEMA ENDOCRINO

Si hablamos de hormonas, hablemos de la juventud. ¿Qué síntomas le transmiten las nuevas generaciones?
Es curioso. Hasta que no tuvimos estudiantes en el servicio docente en el Hospital Morales Meseguer sentí bastante inquietud sobre qué venía detrás de mi generación. Es cierto que en medio de esta maraña de sensaciones en las que pensamos que la juventud tiene un hedonismo permanente y que piensan que hay que hacer las cosas ya y porque sí, creo que hay mucha gente que viene con muchas ganas de hacer cosas y hacer cosas bien. Creo que hay que echarles un cable.

¿Fue usted joven o lo sigue siendo?
Fui joven y quiero pensar que lo sigo siendo. Soy también maduro, pero también joven.

¿Fue bueno?
Tengo el concepto de que sí. Si le preguntan a mi madre dirá que como yo, nadie, o como mi hermano, nadie. En general creo que soy bueno.

¿Tiene hijos? ¿Son buenos?
Dos hijas. Muy buenas. Una buenísima y otra un poco más revoltosa. Son diferentes en carácter completamente. Una, como digo yo, nació mayor. Y la otra es una niña propia de su edad. 5 años y con picardía.

¿Qué le gustaría que sus hijos dijeran que aprendieron de usted?
Que fui paciente y tolerante. Que las entendió y que estuvo ahí cuando ellas me necesitaron.

«Hay mucha gente que viene con muchas ganas de hacer cosas y hacer cosas bien. Creo que hay que echarles un cable.»

SISTEMA GENITOURINARIO

¿Algo que declarar?
(Ríe). De este concretamente creo que me voy a abstener.

SISTEMA DIGESTIVO

¿Le gusta comer o saciar el hambre?

Me gusta comer. Me gustaba más antes. Ahora, desde que me cuido más, disfruto de la comida sin tener que excederme. Me gusta disfrutar de los sabores más que comer mucha cantidad.

¿Cocina? ¿Una comida favorita?

No. Me gusta la cocina pero hay que ponerse y siempre es tarde o los fines de semana a veces prefiero dedicárselo a otras cosas. Me gusta la comida de cuchara. El arroz y habichuelas, como buen murciano.

¿Y de beber?

Me encanta el vino. Me gusta la cerveza, pero me encanta el vino. Si es de la tierra, casi mejor.

«Me gusta la comida de cuchara. El arroz y habichuelas, como buen murciano.»

Dr. José Ignacio Gil Izquiero - Historias Clínicas

SISTEMA ENDOCRINO

Si hablamos de hormonas, hablemos de la juventud. ¿Qué síntomas le transmiten las nuevas generaciones?
Es curioso. Hasta que no tuvimos estudiantes en el servicio docente en el Hospital Morales Meseguer sentí bastante inquietud sobre qué venía detrás de mi generación. Es cierto que en medio de esta maraña de sensaciones en las que pensamos que la juventud tiene un hedonismo permanente y que piensan que hay que hacer las cosas ya y porque sí, creo que hay mucha gente que viene con muchas ganas de hacer cosas y hacer cosas bien. Creo que hay que echarles un cable.

¿Fue usted joven o lo sigue siendo?
Fui joven y quiero pensar que lo sigo siendo. Soy también maduro, pero también joven.

¿Fue bueno?
Tengo el concepto de que sí. Si le preguntan a mi madre dirá que como yo, nadie, o como mi hermano, nadie. En general creo que soy bueno.

¿Tiene hijos? ¿Son buenos?
Dos hijas. Muy buenas. Una buenísima y otra un poco más revoltosa. Son diferentes en carácter completamente. Una, como digo yo, nació mayor. Y la otra es una niña propia de su edad. 5 años y con picardía.

¿Qué le gustaría que sus hijos dijeran que aprendieron de usted?
Que fui paciente y tolerante. Que las entendió y que estuvo ahí cuando ellas me necesitaron.

«Hay mucha gente que viene con muchas ganas de hacer cosas y hacer cosas bien. Creo que hay que echarles un cable.»

SISTEMA GENITOURINARIO

¿Algo que declarar?
(Ríe). De este concretamente creo que me voy a abstener.