El consumo de tabaco afecta directamente a nuestra salud bucodental, causando alteraciones bucales, favoreciendo el desarrollo de enfermedades en las encías como la periodontitis y aumentando el riesgo de padecer cáncer oral.

De este modo, el tabaco provoca las siguientes alteraciones bucales:

  • Sobre los dientes: al fumar el humo del tabaco provoca un cambio de color en las piezas dentales, del blanco al amarillento o marrón.

  • Sobre el sentido del olfato y el gusto: el consumo de tabaco provoca un deterioro progresivo en la capacidad de ambos sentidos, alterando notablemente la percepción de los sabores salados, por ejemplo.

  • Mal aliento: el tabaco provoca mal aliento, de todos es sabido. Además, al aumentar la sequedad e irritación de las mucosas de la cavidad oral y de las vías digestivas altas y respiratorias, no sólo produce halitosis o mal aliento sino que también contribuye a la falta de oxigenación  de la boca y dificulta la higiene bucal.

Por otro lado, el tabaco favorece el desarrollo de enfermedades relacionadas con las encías como la enfermedad periodontal. Así, consumir tabaco hace que disminuyan las defensas de las encías, quedando más expuestas a las bacterias y, como consecuencia, haciéndolas más susceptibles a la periodontitis. Por consiguiente, los consumidores de tabaco corren un riesgo mucho mayor de padecer periodontitis y además de que la enfermedad se desarrolle más rápido.

Por si fuera poco, 9 de cada 10 casos de periodontitis que no responden adecuadamente a los tratamientos se dan en consumidores de tabaco. Del mismo modo, en las enfermedades periodontales más avanzadas que necesitan cirugía, los resultados son menos favorables en los fumadores.

En definitiva, el tabaco resulta nefasto para nuestra salud bucodental, pues impide un control adecuado de la enfermedad periodontal y dificulta el éxito de los tratamientos con implantes, siendo un importante factor de riesgo en el desarrollo de la periimplantitis, que es la inflamación e infección del tejido sobre el que el implante se apoya.

La visita al odontólogo de forma regular y una adecuada higiene bucodental contribuirán a un mejor control sobre las complicaciones que el tabaco causa en la salud bucodental. El mejor remedio en este caso es, por supuesto, dejar de fumar.